Enlace Judío México e Israel – Los rabinos del Talmud estaban lejos de sentir simpatía por los macabeos,  por los actos militares, diplomáticos y la soberanía que lograron.

RABINO MOSHE PITCHON

Esta posición está claramente expresada en nuestros días por el Satmerer Rebe: “Las victorias en las guerras, incluso las de los pocos contra los muchos, son siempre eventos naturales, no milagros. Por lo tanto, Janucá celebra el milagro del aceite, no la victoria de los Asmoneos “.

Eso no molestó a los contemporáneos descendientes de los macabeos. Inspirados por sus gloriosos antepasados, los pioneros del actual Estado restablecieron la soberanía e independencia de Israel. En medio de su lucha compusieron una canción, la que en una de sus estrofas proclamaba: “no nos sucedió ningún milagro, no encontramos ninguna vasija conteniendo aceite”.

La indecisión sobre si Janucá conmemoraba la victoria de los Macabeos o el milagro del aceite hizo que durante siglos este aniversario fuera relativamente poco observado. Si hasta hace tres generaciones atrás Janucá era considerada una festividad menor, hoy es junto con Pesaj y Yom Kipur la festividad más celebrada por los judíos que viven fuera de Israel.

Aunque muchos atribuyen la reciente fama de Janucá al desafío planteado por la Navidad, lo cierto es que la popularidad de ambas fiestas se debe a una misma urgencia social y no a una imitación.

Ambas festividades explotaron hace poco más de un siglo cuando la sociedad suburbana comenzó a centrarse intensamente en los niños a la vez que sintió la imperativa necesidad de fortalecer los lazos familiares. Al ser celebrada en casa en lugar de en la sinagoga, con sus velas, decoraciones y regalos compartidos Janucá se tornó en una fiesta extremadamente atractiva, y sí, una respuesta adecuada a las mismas necesidades que el resto de la sociedad estaba tratando de satisfacer: la desunión, el vandalismo, el abuso infantil, el descuido paternal.

Janucá demuestra que el judaísmo no es rígido

La nueva celebridad de Janucá es el resultado de un largo proceso de reinterpretación y reevaluación que atestigua la capacidad del judaísmo de revigorizar tradiciones que comienzan a languidecer. La relevancia del mensaje del judaísmo se debe, en gran medida, a su habilidad en mantener las fuerzas de la tradición y del cambio en un delicado balance.

Incluso aquellos que no ven en el intercambio de regalos en esta fiesta nada más que las fuerzas insidiosas del consumismo moderno, olvidan que originalmente Janucá no era acerca del milagro del aceite, sino que sobre los sacrificios en el templo: una forma de ofrecer presentes.

Como la palabra hebrea para educación, jinuj, comparte la misma raíz que Janucá, “dedicación”, los judíos impedidos de traer sacrificios al Templo después de que los romanos lo destruyeran, comenzaron a ofrecer pequeñas cantidades de dinero a los maestros quienes estaban inhibidos de aceptar dinero a cambio de enseñar la Torá. Esto inició la práctica de la “Januca Gelt”, el regalar dinero durante Janucá, el antecesor de la costumbre actual de donar a las instituciones sociales e intercambiar regalos entre los miembros de la familia.

Aunque los imperativos teológicos y las lecciones de la historia están integrados en la celebración de Janucá, los sentimientos hacia la familia y los niños que esta celebración nutre, juegan un papel no menos importante.

Janucá demuestra que, contrariamente a las falsas nociones del tradicionalismo, el judaísmo no es rígido. Cada incremento de tiempo produce una regeneración. Manteniendo su nexo con el pasado el judaísmo cambia sus perspectivas y se adapta a nuevas circunstancias y sensibilidades. El mensaje, sin embargo, sigue siendo el mismo resumido por uno de los pensadores más influyentes en el judaísmo: Ahad Ha’am.

“El objetivo del judaísmo nos es la salvación del individuo, sino el bienestar y la perfección de un grupo, el pueblo judío, y en el última instancia la raza humana”.

*El Rabino Moshe Pitchon es el director de “Judaísmo en el siglo 21” un centro judío de pensamiento estratégico y organizativo. El centro alberga también el Instituto Meriane Albagli Geni Cassorla de Desarrollo Sefaradí en el Siglo 21,” y apoya la labor del Ziv Medical Center, el hospital más al norte de Israel en la primera línea de defensa de la salud en la frontera de Israel.


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