Enlace Judío México e Israel – El 27 de enero, el Auditorio Jaime Torres Bodet del Museo de Antropología se encontraba atiborrado con integrantes del grupo PAAZ y miembros de la comunidad judía.

El grupo PAAZ, liderado por el pastor Felipe García, es una asociación cristiana evangélica amante del Pueblo judío y de Israel.

En el presídium se encontraban Zvi Tal, Excelentísimo Embajador de Israel en México; Eva Lijtszain, Presidenta de Yad Vashem México; Benny Zlochisty, Presidente del Consejo Sionista de México; Tessy Mustri Katz, Nieta de Peter Katz, Sobreviviente del Holocausto; Rebeca Strimlingas, Presidenta de KKL México;  Sammy Eppel, Coordinador para América Latina del Foro global para Combatir el Antisemitismo; Lic. Alejandro Ruiz Robles, Coordinador Público #2 de la CDMX; y el Pastor Felipe García Robles.

Para comenzar la ceremonia se guardó un minuto de silencio,  seguido por los himnos nacionales de México e Israel.

“Las víctimas de Holocausto, así como los sobrevivientes y los Justos entre las Naciones siempre quedarán grabados en nuestros corazones”, dijo Zvi Tal en su discurso.

Lijtszain recordó que, incluso hoy,  se han cometido un sinnúmero de ataques xenofóbicos y de odio contra comunidades e individuos por motivos raciales. “Se han escrito libros, producido películas, documentales acerca del Holocausto y la sombra de la xenofobia y el racismo sigue vigente y creciendo cada día más” dijo. “Este día solo tiene sentido cuando el recuerdo ayuda a impedir cualquier tipo de barbarie”.

Este mismo concepto fue expresado por Zlochisty, quien manifestó: ” No debemos de llegar nuevamente a defendernos en las calles a plomo y sangre como dice en el libro de los partisanos (resistencia) judíos. No podemos seguir permitiendo los atentados que hemos visto en los últimos años”.

Mustri Katz transmitió el testimonio de su abuelo, Peter Katz*, quien no pudo acudir al evento, obsequiando al pastor García, al terminar, un ejemplar del libro “Huellas para no olvidar” , que contiene los testimonios de los sobrevivientes.

Strimlingas aportó otra reflexión al mencionar la palabra “esperanza”, en hebreo “Hatikva”, título del himno de Israel: “No existe nadie en el mundo que entone el Hatikva y no se sienta conmovido y esperanzado. El Hatikva fue adoptado informalmente en el Primer Congreso Sionista en Basilea, Suiza. Aún cuando hubo cierta resistencia, incluso de parte de Teodoro Herzl, el himno se entonó en cada Congreso Sionista desde 1901, mismo año en que se fundó el Keren Kayemet Le Israel (KKL), con la visión de crear un estado propio. En 1919 los británicos prohibieron la transmisión del Hatikva en un esfuerzo por apoyar los ataques árabes. En 1945, se emitió una grabación conmovedora de Hatikva cantada por los sobrevivientes del Campo de Concentración de Bergen-Belsen. Hoy, setenta y cinco años más tarde cantamos el Hatikva con la frente en alto”.

Eppel hizo notar que “si guardáramos un minuto por cada víctima del Holocausto, tendríamos que permanecer callados por catorce años y cuatro meses”. Denunció los periódicos y las redes sociales que tergiversan la historia y diseminan prejuicios.

Ruiz Robles relató que, en 1997, por medio de la Histadrut (Federación de Trabajadores), se trasladó a Israel en Kfar Saba, viviendo en el Kibutz Hoshin. “Fue un viaje académico. Trabajando en el restaurante atendí a una pareja pude ver los tatuajes que habían recibido durante su vida en el Holocausto. Este momento cambió mi vida. Me llevó a estudiar y enterarme que había pasado en esa época”.

“¿Quién autoriza a otra persona a crear muerte y destrucción en otros? ¿Hasta dónde hemos llegado como sociedad para permitir esas aberraciones? No tengo la respuesta. Me sorprende mucho que la comunidad judía se haya fortalecido y creado el Estado de Israel. La experiencia de vida que nos ha dado el pueblo judío es admirable. Ese Nunca Jamás se vuelva a permitir una situación como esa”, expresó  Ruiz Robles.

El pastor Felipe García destacó que “todos los avances no han podido borrar la sombra del antisemitismo. El antisemitismo puede ser borrado. Conjugando la justicia, misericordia y la fe, saldremos adelante. El tener avances nos hace olvidarnos de lo que es indispensable en la vida. Si aplicamos nuestros conocimientos lograremos que el slogan de esta reunión se cumpla y que Nunca jamás acontezcan situaciones semejantes en Israel ni en todo el mundo”.

Entre los discursos el Grupo Orquestal Palmos entonó varias canciones, entre ellas Jerusalén de Oro, magistralmente interpretada. Al terminar, el Excelentísimo Embajador se levantó de su lugar para abrazar a la soprano.

Testimonio de Peter Katz, sobreviviente del Holocausto, en voz de su nieta, Tessy Mustri Katz

“Mi abuelo físicamente no puede acompañarnos, pero sabe que estoy aquí en su representación.

Les compartiré un breve testimonio de su historia que también es la mía.

El 19 de mayo nace mi abuelo en Viena. En esos años predominaba la belleza, la cultura y la música. Se respiraba alegría,seguridad y paz. El 12 de marzo de 1938 entra el ejército alemán a Viena.

Mi abuelo no olvida este día que cambió su vida para siempre. Recuerda que fue caminando de la mano de su padre hasta la Plaza de los Héroes, donde vio a Hitler y a una gran parte de la población austriaca haciendo el saludo nazi.

El odio ciego contra la población judía sucedió muy rápido. Los cambios sucedieron muy rápido.

Mi bisabuela escuchó que se había organizado por la comunidad judía de Viena con la supervisión de la Gestapo, un transporte de niños bajo la bandera de la Cruz Roja Internacional, quienes ya habían negociado la seguridad de los niños. Supo que serían enviados setecientos cincuenta niños de Viena a Bruselas.

Sólo podía llevar una maleta y comida para cuatro días. Decidió enviar a su hijo, mi abuelo.

En su maleta, su madre colocó fotografías de la familia.

Llegando a Bruselas, fue acogido por una familia húngara que los hicieron sentir parte de su familia.

Así pasó muchos años sin volver a ver a sus padres. Estuvieron pasando de un lado al otro debido a la angustia que se vivía esos días. Al final de la guerra, su ideal era emigrar a Israel.

Inesperadamente le llegó un telegrama de la hermana de su madre que vivía en México, pidiéndole que se fuera a residir con ellos. Así llega mi abuelo a México, conoce a mi abuela y deciden casarse. El recuerdo de su vida le provoca volverse un investigador incansable de su historia familiar con el anhelo de reconstruir la memoria colectiva de tantas enormes pérdidas”.