Enlace Judío México e Israel / Rab Yaakov Menken – En la lectura de esta semana, D-os le dice a Moisés que morirá pronto, y le pide designar a Josué (Yehushua) como el siguiente líder de la nación judía. Sería Josué quién guiaría a los Hijos de Israel al otro lado del río Jordán hacia la tierra prometida.

Josué era el alumno más dedicado de Moisés y fue escogido para continuar sus enseñanza y leyes. Sin embargo, no estaba solo; D-os le pidió a Moisés que parara a Josúe ante Eliezer (ben Aarón) el Sumo Sacerdote y “frente toda la nación” (27:21). Rashi, Rab Shimón Yitzjaki, explica que el versículo se refiere al Sanedrín, el Consejo de Ancianos – el Sifsei Jajamim comenta: “porque ellos son los ojos de la nación.” Josué ahora sería su líder.

Desde el inicio, D-os proveyó un sistema donde ningún individuo tendría todo el poder de liderazgo. El poder de Moisés se balanceaba por la presencia de Aarón, y ahora Josué rendiría cuentas frente al Sanedrín y a Eliezer el Sumo Sacerdote.  Incluso en generaciones posteriores, cuando los reyes gobernaban sobre Israel, se esperaba que tuvieran en cuenta al Sumo Sacerdote y al Sanedrín. Su liderazgo era de servicio y erudición, no de poder.

Al principio del Pirkei Abot (capítulos de los Padres), la Mishná dice: “Moisés recibió la Torá del Sinaí, y la transmitió a Josué; Josué a los Ancianos; los Ancianos a los Profetas, y los Profetas a los Hombres de la Gran Asamblea. La Mishná explica cómo es que todas las Leyes dadas a Moisés oralmente, no escritas en ningún libro, llegaron a ser transmitidas a través de la historia hasta el comienzo de la Segunda Era del Templo.

El Rambam, Maimónides, en su introducción a su compendio legal, explica el comienzo de este proceso de la siguiente manera:

“Toda la Torá, la escribió Moisés, nuestro maestro, de su puño y letra antes de morir. Y dio un Libro a todas y cada una de las tribus, y dio un Libro para ser colocado en el Arca de la Alianza por la eternidad… Sin embargo, los mandamientos, que son la explicación de la Torá, no lo escribió. Más bien, los ordenó a los ancianos y a Josué, y al resto de Israel… Aunque la Torá Oral no estaba escrita, Moisés nuestro Maestro la enseñó en su totalidad en su Corte Legal al Sanedrín, los Setenta Ancianos. Eliezer, Pinjas y Josué, la recibieron de Moisés. A Josué, que fue alumno de Moisés nuestro Maestro, le transmitió la Torá Oral y le ordenó sobre ella.”

Cada generación, desde el Sinaí hasta el presente, ha tenido un círculo de grandes eruditos los cuales aseguran que las leyes se transmitan fielmente a la siguiente. Después de la destrucción del Segundo Templo, cuando los rabinos se dieron cuenta de que la Torá estaba en peligro de ser olvidada, Rabí Yehudá al Nasi, líder de la nación en ese momento, compiló la Mishná. Y así fue como la “Torá Oral” pasó gradualmente a los estantes de los libros que la gente estudia hoy en día.

Cuando escoges un libro de Torá, aprendes no sólo lo que ese rabino piensa, sino su mejor esfuerzo para transmitirte lo que aprendió de sus maestros, y sus maestros antes que ellos. Cuando estudias ese libro, te conviertes realmente en parte de la historia judía, conectada hasta el mismo Sinaí.

Fuente: torah.org