Aranza Gleason – Nos encontramos en el mes de adar, el último mes del invierno en el calendario judío. Se nos dice que cuando Adar viene trae consigo un ambiente de alegría y esperanza. Esto es primordialmente porque nos recuerda la festividad de Purim en la que fuimos rescatados del exterminio persa y se nos exige celebrar con fiestas y alegría. Sin embargo, también está conectado con el hecho de que la primavera se aproxima y el clima es más amable. Los días empiezan a hacerse más largos, se encuentran los pastos verdes y ya se pueden apreciar algunas flores en los pastos, y aunque aun no es primavera se notan cambios en el ambiente que acompañan nuestra alegría. En cierta forma es como si la naturaleza misma nos preparara para la llegada de nisán, el mes en donde los árboles ya han florecido por completo y celebramos la Redención de Pésaj y la llegada de la primavera. En este proceso los árboles y las plantas son de suma importancia pues a través de ellos es que notamos los cambios mencionados y se vuelve obligatorio bajo la ley judía decir una bendición por su florecimiento. Ello es tan sólo un ejemplo de la importancia que toman los elementos naturales en la tradición judía.

Si uno lee con cuidado el Tanaj notará que el texto hace numerosas referencias a plantas, árboles, animales y fenómenos que toman significados más allá de lo narrativo o natural. Por ejemplo, el león como símbolo de Judá y la monarquía de Israel, el arcoiris como muestra del pacto que D-os con Noé y la paloma como símbolo de paz son tan sólo algunos de los elementos que se presentan frente a nosotros. Entre ellos se encuentran varias especies de árboles que son mencionados en pasajes importantes o usados dentro de las ceremonias rituales, conocer su significado es importante para entender el significado que la Torá busca trasmitir. A continuación hablaremos de algunas de las especies que más recurrentes son en los textos y las tradiciones. Esperamos les guste

El hombre es como un árbol del campo

Quizás una de las frases de la Torá más citadas con respecto a los árboles es la que compara al hombre con un árbol del campo (Deut 20:19). Varios midrashim (explicaciones y relatos de la tradición oral) y comentaristas han hablado al respecto y generalmente resaltan la importancia que tienen los árboles para la sobrevivencia del hombre. ‘Because a man is a tree of the field’ teaches that the life of man is from the tree.” (Piska 203) Sin embargo, en textos cabalísticos se han hecho comparaciones entre las raíces del árbol y del hombre, los frutos del árbol y demás. En Tu Bishvat la gente suele dar apreciaciones sobre los árboles y la relación con el hombre basándose en esta frase.

Árboles frutales

La Torá marca una diferencia muy grande entre los árboles frutales y el resto de los árboles. Prohíbe cortar los primeros cuando se hace un sitio o se conquista una ciudad nueva y aclara que de los árboles depende nuestro sustento. Los árboles frutales entonces toman una categoría especial para el hombre y es obligatorio agradecer por sus frutas al consumirlas y agradecer el florecimiento de los mismos, pues son un recuerdo de cómo D-os da vida al mundo. Así mismo las frutas se usan para hablar de la abundancia de la tierra que D-os dará al pueblo de Israel y la fruta misma representa los efectos de esa relación; la perfección material y espiritual del pueblo.

Las siete especies

En la Torá se usan siete alimentos (siete especies de plantas) para describir la belleza de la Tierra de Israel. Son frutas y cereales que específicamente están relacionadas a la tierra misma y que eran usadas para los sacrificios; uno está obligado a decir una bendición especial tras haber consumido una de ellas. Estas especies son la cebada, el trigo, el higo las granadas, el dátil, el olivo y la vid. Hay numerosas explicaciones sobre por qué son específicamente éstas las señaladas por la Torá, sin embargo, una de las más populares es que representan las siete sefirot de la Cabalá y distintas cualidades del hombre. Sin embargo, cada una de ellas aparece también en contextos específicos del Tanaj o en rituales judíos. De esa forma se entreteje el significado particular de cada una de ellas. Las tres plantas que escogimos a continuación pertenece al grupo de estas especies precisamente porque su aparición en la Torá es recurrente o esencial para la configuración de rituales judíos.

El olivo

El olivo ha de ser uno de los símbolos más importantes para el pueblo judío; con aceite de olivo es que prenden las velas de Shabat y las festividades, pues con olivo se prendía la Menorá del templo; con olivo se ungía a los reyes y hoy en día en el escudo de Israel tiene hojas de olivo a los lados de una Menorá; pues representa un símbolo de paz para la nación. Su significado es bastante extenso pues aparece en varios textos del Tanaj desde el Génesis, Números y Deuteronomio hasta Reyes, Salmos y Jueces. Sin embargo, primeramente ha llegado a representar la espiritualidad del pueblo judío. El olivo es un fruto pequeño que guarda en sí mismo el aceite necesario para iluminar un cuarto. Representa la luz interna de D-os que se esconde en la materia y el mundo; que Israel tiene la obligación de revelar. Además varios rabinos destacan que para sacar su aceite el olivo debe ser aplastado con una presa, así mismo el judío saca su verdadera luz a través del esfuerzo y el conflicto, cuando es puesto a prueba.

En los Salmos se compara al olivo con los justos, pues sus hojas son siempre verdes y aunque el árbol sea talado surge nuevamente con facilidad. Así mismo los justos renacen a lo largo del tiempo y sus obras generan ramas estables. En cuanto a sus hojas son un símbolo de paz porque recuerdan a la paloma que regresó al arca de Noé mostrando que el hombre podía salir a tierra y poblar nuevamente el mundo, que la ira de D-os había cesado. También en materia halájica, el tamaño del olivo es usado como una de las medidas más importantes en cuanto a proporciones. La palabra “k’zait” literalmente quiere decir “como un olivo.”

La vid

La vid es una de las plantas más emblemáticas que existen en la Torá, pues de ella sale el vino que es consumido a lo largo de todo el mundo y que ha sido símbolo de varias culturas. En el caso judío el vino se usa para celebrar cualquier ocasión alegre y es la bebida sobre la cual se hace el rezo de kidush (santificación del día) y con la cual se bendice a una persona en ocasiones especiales como una boda o un brit milá. Muchos ritos judíos incluyen al vino y ésta era la bebida con la cual se hacían libaciones y se acompañaban los sacrificios en el Templo. Hasta la fecha guarda mucho de ese carácter ritual que lo caracteriza de épocas antiguas.

¿Cuáles son las características de esta fruta que la distinguen? La respuesta ha sido elaborada por varios rabinos, lo primero que destacan es la propiedad de la uva y el vino de mejorar con el pasar del tiempo. La uva necesita fermentación para sacar realmente sus propiedades y su mejor versión y entre más tiempo fermente de mejor calidad será el vino. Por eso el vino representa la eternidad y se compará a la Torá con él. Otra característica es que a través del vino surgen los secretos, el vino nos hace ver una cara de la realidad que no era evidente para nosotros, nos hace encontrar el interior aquello que se esconde bajo las máscaras sociales y lo aparente. La Torá revela lo oculto del mundo también y al igual que el vino el conocimiento que trae al hombre lo puede ayudar a crecer y conocer la profundidad de D-os, conocer su interior y su espiritualidad o por el contrario usar la Torá como máscara y revelar lo peor de su carácter, así como el vino puede traer alegría o amargura a quien lo bebe.

En cuanto al viñedo se compara al pueblo de Israel con él, pues en la Torá se dice que es el viñedo de D-os y bajo esta metáfora en la literatura bíblica y rabínica surgen muchas imágenes. Una de la más famosas es aquella que compara los Exilios y las tragedias que el pueblo vivió con los espinos que rodean a un viñedo en los cultivos para que crezcan derechos y libres de plagas. Otra cita muy famosa proviene del Perek Shira, que a su vez se basa en los Profetas. En ella la vid nos recuerda que así como uno no destruye el racimo de la vid al ver una uva que podría servir para vino en ella y por ende tiene bendición, así D-os salvará a sus siervos. Implica que no importa cuan bajo caiga la nación de Israel en ella se encuentra la posibilidad para la Redención y el cumplimiento de la Torá, por ende no importa que caiga en el Exilio D-os siempre salvará una porción de esta que mantenga viva la enseñanza que le fue revelada.

El dátil

El dátil es otra de las especies que aparece de forma recurrente en la tradición judía. La rama del dátil es una de las cuatro especies que estamos obligados a cargar durante la festividad de Sucot, fue el símbolo de los Macabeos en la guerra y el árbol bajo el cual Deborá juzgaba al pueblo. A Moisés Aarón y David se les compará con esta planta y también se representa al Mesías con ella. Usualmente simboliza sabiduría y el deseo de cumplir la voluntad de D-os con todo el corazón. Aunque también llega a representar la belleza, pues mucho se habla de la belleza de Tamar y las 70 caras con la cual la Torá se revela al mundo. Cuando se habla de la tierra de leche y miel se habla de la miel del dátil y la dulzura de la sabiduría.