Los judíos nacemos con un libro en la mano, somos el pueblo del libro.

“Nuestro equipaje fue más bien libros que otra cosa” (1). Así llegaron los inmigrantes a México, con su promesa de continuar los valores, su identidad en su nuevo hogar y los libros fueron su consuelo y compañía.

Desde 1977 se empezó a escribir la historia de las bibliotecas judías en México y no solo eso, se realizó un diagnóstico del estado de arte de todas las bibliotecas existentes dentro del Sistema Escolar, Comunidades, Templos, Centro Deportivo Israelita entre otras (2).

En esta tesis se trata con más detalle acerca de la primera biblioteca creada por un grupo de judíos que llegaron de Estados Unidos huyendo del servicio militar obligatorio pues ya habían vivido en Europa un ambiente hostil, por ser indocumentados y a los cuales querían regresar a su país de origen, entre otras variables.

Su idea era permanecer en México por un lapso corto y volver a los Estados Unidos, pero la mayoría se estableció definitivamente y se integró a la comunidad; y a ellos les debemos el haber sentado las bases, ser la piedra angular, para la creación de muchas instituciones que engrandecieron a la comunidad.

Fue así como entre los años 1917 y 1920 una de sus aportaciones fue la creación del Young Men  Hebrew Association más tarde también conocida como  Idisher Yugnt Guezelshaft  (Sociedad de la Juventud judía).

Establecieron en la calle de Tacuba 15, el Club Social que se convirtió en la sede de esta biblioteca (Fotografías, A y B).

Es a través de su órgano de comunicación (3) que nos legaron su historia, y organización de acuerdo a la tradición de lo que ellos habían conocido del Young Men  Hebrew Association en Nueva York. Tuvieron tres bibliotecarios, los señores M. Midlin, I. Rostenberg y Menajem  Biderman.

Las fotografías hablan por sí mismas, los libros tienen en el lomo una etiqueta lo cual muestra que usaron un número consecutivo, un sistema de registro en una libreta de acuerdo con el número de adquisición y en cada fascículo de la revista realizan reportes de nuevas adquisiciones, gastos, servicios de préstamo a domicilio, logrando con gran esfuerzo un acervo de 2055 libros, predominando los de Idish con 1792 volúmenes y otros idiomas 259, correspondiendo estos a 127 en ruso que importaban de Estados Unidos y Europa.

En vista de que se ofrecían clases de español, seleccionaron los 100 títulos más importantes de ese momento de la lengua española para reforzar el aprendizaje.

La biblioteca tenía un horario específico y reportan haber ofrecido servicios a 154 usuarios de los cuáles 100 eran activos, asiduos lectores y haberles prestado 1151 libros en un periodo de enero a julio de 1930.

Sobresale la Sala de Periódicos adonde recibieron 19 títulos en idish, hebreo, ruso y polaco (4).

Alrededor de este proyecto figuran destacados miembros de la comunidad: Sam Wishniak el fundador, Dr. King, los hermanos Werner, I. Temin, Sh. Negrin, Charles Levin, León Sourasky, M. Temple, S. Silver, Sam Rosen, Peisaj Lisker, M. Mindlin, Gayeshinsky, entre otros.

La biblioteca fue creciendo paulatinamente y llegó a tener un rico acervo, un catálogo que duplicaban y repartían, pero la comunidad creció y con ello sus actividades e instituciones con diferentes ideologías e intereses, unas cerraban y surgían otras de tipo cultural, filantrópicas, religiosas y lo importante es que en su mayoría contaban con una biblioteca o al menos una colección de libros para ofrecer.

Como la de la Asociación Cultural I.L. Peretz Guezelshaft que surge en 1922 y por su importancia contaban también con una biblioteca, dadas las divergencias ideológicas en 1927 desaparece.

En 1930 se crea el Kultur Zenter: Centro Cultural Israelita situado en la calle de Cuba 81, importó una imprenta, lo cual marco el inicio de una prolífica prensa en idish con temática diversa, en diez años se publicaron 20 libros, 50 fascículos de revistas, periódicos, boletines, entre otros.

 En la revista Kultur Lebn, R. Waisfeld, menciona” Es un hecho que en México no pasa un día que no vengan por préstamo de un libro. Ello muestra, que una biblioteca judía, en México es necesaria” (5). Con el fin de promover la lectura, el patronato elaboró un catálogo que envío a toda la comunidad.

A raíz del crecimiento de la comunidad, de la orientación de sus actividades, de la multiplicidad de intereses y de las necesidades económicas que tenían que afrontar se olvidaron un poco de las bibliotecas, aunque hubo varios intentos de crear una biblioteca pública judía.

Cuando inicié la investigación para elaborar mi tesis visité al Sr. Peisaj Lisker en la calle de Culiacán 71, sede de la Comunidad Emuna de los inmigrantes procedentes de Hungría, me recibió en una biblioteca y me proporcionó amablemente información importante.

Fue un personaje que estuvo desde los inicios de la conformación de la comunidad hasta el último día de su vida colaborando en su fortalecimiento.

En 1969, al finalizar mi licenciatura fui contratada para trabajar en la que se puede considerar la primera biblioteca de la comunidad organizada profesionalmente con reglas y normas bibliotecológicas. Se le dio prioridad al acervo en español de la Biblioteca del Colegio Israelita de México, ya que la SEP enviaba periódicamente inspectores y era necesario organizarla para apoyar los programas de estudio.

Será necesario revisar todas las publicaciones del Colegio Israelita de México para conocer a fondo su historia. De acuerdo con Manuel Taifeld, existieron dos instalaciones de la biblioteca, la primera Biblioteca existente estuvo situada en el segundo piso subiendo inmediatamente en las instalaciones de Av. San Lorenzo desde el año de 1941 y por razones de expansión en1959 se cambia en el mismo piso al fondo del pasillo del lado derecho (Fotografías, C y D).

La colección en idish ocupaba el segundo piso; y dado que el Maestro Benjamín Kovalski fue el responsable algunos años logró crear un fichero, y seguramente con en el cambio de instalaciones del Colegio se perdió. Esta colección se puede considerar después de la de AMIA en Argentina, la segunda más importante en América Latina.

En los seis años que laboré en el Colegio no se establecieron servicios de diseminación selectiva de información para motivar su uso. Aunque no se indique que se trate de esta colección en el artículo de Estela Aizenman (6) se deduce que se trata de la mencionada.

Parte de ella fue donada al Centro de Cultura judía en Holanda y otra parte al Yiddish Book Center, el resto se entregó al CDIJUM (7).

En el año del 2001 fui invitada por la Dra. Liz Hamui de Halabe para interactuar con el Comité de Organización del Centro Maguén David para proyectar la que se proponía ser una Biblioteca pública judía.

Como se ve desde la creación de la Sociedad de la Juventud Judía se publican revistas, medios de comunicación para mantener a la comunidad al tanto de sucesos nacionales e internacionales, actividades, información de bodas, decesos, publicidad de negocios.

Es así que en el marco de la 35 Convención Anual de la Association of Jewish Libraries celebrada en la Biblioteca del Congreso de Washington en junio del año 2000, elaboré una ponencia “Mexican Jewish Periodicals: History, Ideology, Where to findthem?

Alcancé a registrar135 títulos, de los cuales se explica su periodicidad, sus corrientes ideológicas, su idioma, sus objetivos, etc. y lo más importante adonde se conservan para poder consultar? (8).

A raíz de esta sesión en la que también participó Elizabeth Vernon responsable de los procesos técnicos de la sección judaica de la Biblioteca de la Universidad de Harvard, la más importante no solo en Estados Unidos dada su misión de preservación de la documentación del pueblo judío a través de la historia, por reunir colecciones muy importantes de todos los países y períodos con particular cobertura del Estado de Israel; por ello, se le distingue en poseer la colección más importante fuera de Israel con el fin de apoyar la enseñanza e investigación y para servir como un recurso a la comunidad académica global  se me invita como proveedora de información de todo lo que se publica en México tanto de la comunidad judía, así como el rescate de publicaciones de editoriales mexicanas, prensas universitarias e investigaciones.

En este sentido, la comunidad judía de México también ésta representada en este acervo con diferentes tipos de publicaciones desde hace varias décadas: revistas, publicaciones periódicas, libros publicados por escritores e investigadores provenientes de la comunidad, editoriales mexicanas y prensas universitarias, escritas en español, idish y hebreo.

Colecciones de invitaciones de bodas, bat y bar mitzvot, folletos, anuarios, calendarios, volantes, hojas informativas, cd’s sobre religión, casetes de música, una colección de posters o carteles que han sido escaneados para su preservación, y todo tipo de ephemera (10).

Siempre han existido en la Comunidad Ashkenazí  colecciones muy importantes   como la donada por el Sr. Wishniak a nombre de su esposa Fanny y todo ello fue rescatado gracias a la labor por muchos años  de la historiadora  Dra. Alice Backal quien por años al crear el Centro de Documentación e Investigación de la Comunidad Ashkenazí de México (CDICA) en el año 1993, se dedicó a preservar y organizar las colecciones dispersas de la Comunidad Ashkenazi y llevar a cabo investigaciones utilizando las fuentes bibliográficas ahí reunidas.

En uno de los múltiples eventos organizado por Alice Backal, CarstenWilke proveniente de la Central European University de Budapest (10) revisa a conciencia las colecciones y traza una historia de la pertenencia de los libros a través de los sellos marcados en los mismos.

Mencionó CDICA “heredó, por la donación de posguerra, el testimonio de la cultura judía alemana destruida y dispersa por el nazismo. Heredó por la donación del rabino Avigdor, el de la erudición rabínica de la Europa Oriental.

Los libros en yiddish, procedentes de las asociaciones culturales y donaciones familiares, ofrecen el de la vida espiritual y el complejo perfil sociocultural que distinguía la primera generación judía en México” (Ibid, p. 253).

Aún queda mucho por escribir de las múltiples colecciones y bibliotecas y seguir buscando fuentes de información dispersas seguramente escritas en idish o español por personajes destacados que influyeron y aportaron a esta comunidad valiosos esfuerzos.

Sería loable crear una red de bibliotecas de la Comunidad, tal como se planteó en un trabajo presentado en la 33 Convención de la Association of Jewish Libraries en 1998 con el advenimiento de las nuevas tecnologías, computadoras, softwares para la organización de acervos. (11).

Hoy, después de cien años de creada la primera biblioteca judía en México, la memoria de la trayectoria de la comunidad judía se funden, se integran en un recinto sagrado, el Templo de la Sabiduría, el Centro de Documentación e Investigación judío en México el CDIJUM instalado en la Sinagoga Rodfé Sedek en Córdoba 238 desde el año de 2013 en la Colonia Roma. Este Centro reúne la información de todos los sectores que conforman la comunidad judía.

Cuenta con colecciones de libros, manuscritos, archivos diversos, fotografías, objetos, colecciones especiales de personalidades destacadas de la comunidad, una sala majestuosa para consulta e investigación, un fondo reservado con instalaciones modernas de punta para preservar el acervo antiguo, sala de consulta, hemeroteca (Fotografía, E).

Muchos son los avances que se han realizado gracias a la labor altruista de muchos miembros de la Comunidad y de las autoridades del CDIJUM; sin embargo, está en deuda aún un catálogo automatizado para conocer con exactitud el valioso acervo.

Fotografías

Referencias

  1. Elizabeth Glantz: Entrevista por Maty Sommer. En: Generaciones Judías en México, Kehila Ashkenazi, 1993.  Vol.5:57.
  2. Linda Sametz Remba.  Las colecciones judaicas: El caso México. Tesis, Licenciatura en Biblioteconomía. México, UNAM, 1977.
  3. Buletin. (1-6) Mayo- Octubre 1927. Nuestra Palabra. Unzer Vort (7-29), Enero 1928-Enero 1931.
  4. Forvert, Der Tog, Der Moment, Di Shtime, Di Fraihait, Der Morgn Jzurnal, Naye Folks Blat, Nash Peshlong (Polaco), RuskayeSlovo, In Vestia (Ruso), der Emes, Hadvar (Hebreo), Di Tzukunft, Der Hamer, Hduar (Hebreo), Literarite Bleter, Pnimerund Pnimlaj, Dos Folk. Unzer Vort (18) junio 1929: 6.
  5. Kultur Lebn. 1951: p. 7 y kultur Lebn (10) 1954.
  6. Estela Aizenman. Inesperado Encuentro. En: Enfoque Bet EL. Abril 2021: p.50-51
  7. Comentado por Carlos Guerrero. CDIJUM
  8. Linda Sametz de Walerstein. “Mexican Jewish Periodicals: History, Ideology, Where to find them?”35 Annual AJL Convention, Washington, June 18-21, 2000.
  9. Charles Berlin. Harvard Judaica in the 21Century. Cambridge, Harvard University, 2014
  10. Carsten Wilke. “Historia de las Bibliotecas Ashkenazies en México, contada por sus fondos en el CDICA.” En: La Memoria Archivada: los Judíos en la Configuración del México Plural. México, UNAM, 2011:239-253.
  11. Linda Sametz de Walerstein. “Judaica Network in Mexico”. 33 Annual AJL Convention. Philadelphia, June 21-24, 1998.

Fotografías

A y B. Biblioteca de la Sociedad De la Juventud judía

C y D. Bibliotecas del Colegio Israelita de México.

  1. Sala de Consulta CDIJUM

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