Enlace Judío – El primer ministro de Israel, Naftali Bennett, partió este miércoles de Nueva York tras su intervención del martes en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Antes de abordar el vuelo a Israel, respondió a los funcionarios del Ministerio de Salud que expresaron su indignación por las críticas del mandatario tras su discurso, informó The Times of Israel.

En una breve declaración a los periodistas, Bennett dijo que tiene un gran respeto por la labor de las autoridades sanitarias, pero añadió que su gobierno difiere con ellas sobre sus propuestas de imponer nuevas y amplias restricciones a la actividad pública.

“Tengo un gran respeto por los expertos en salud y valoro su trabajo profesional, pero imponer restricciones adicionales a los ciudadanos de Israel no es la política de este gobierno”, explicó el mandatario.

“A pesar de la presión, en este momento no impondremos restricciones a toda la población”, dijo.

“La política de este gobierno es mantener a Israel lo más abierto posible, una economía lo más abierta posible, junto con esfuerzos dirigidos a los no vacunados y a los focos de contagio”.

Bennett señaló que las 40 localidades y ciudades con las mayores tasas de infección en Israel son comunidades árabes, y más del 90% de los hospitalizados en el país no están vacunados.

Prometió centrar sus esfuerzos en las ciudades árabes y dijo que el costo de nuevas restricciones a reuniones públicas sería la pérdida de miles de puestos de trabajo.

Durante una sesión informativa con periodistas israelíes durante su estancia en Nueva York, el primer ministro hizo varios comentarios criticando a los funcionarios de salud, diciendo, entre otras cosas, que “no ven el panorama completo” y que “tartamudearon” cuando exigió explicaciones sobre su llamado a limitar aún más las reuniones públicas.

El ministro de Salud, Nitzan Horowitz dijo este martes en una entrevista a la emisora pública Kan que la crítica de Bennett “era innecesaria y desafortunada”. Agregó que el sistema sanitario está haciendo un buen trabajo y apoya plenamente a los funcionarios de salud. “Su deber es presentar su recomendación profesional a los responsables de la toma de decisiones”, dijo, aunque coincidió con Bennett en que las nuevas limitaciones no están justificadas.

Durante una llamada con los directores de los cuatro proveedores de servicios de salud de Israel, el director del Ministerio de Salud, Najman Ash, el comisionado para COVID-19, Salman Zarka, y el jefe del Mando del Frente Doméstico de las FDI, Bennett dijo que la clave para combatir la pandemia con un costo mínimo es aumentar las tasas de vacunación, realizar pruebas masivas y aplicar el sistema de Pase Verde que limita la entrada a la mayoría de los lugares públicos a personas vacunadas, recuperadas o que se hayan sometido a una prueba reciente.

Bennett pidió a los servicios de salud centrar sus esfuerzos de vacunación en el sector árabe, “ya que las tasas de vacunación en las comunidades árabes y en Jerusalén Este son especialmente bajas”.

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