Enlace Judío – Cuando el nuevo gobierno de Israel ascendió al poder en junio del año pasado, era ampliamente esperado que se aprobara la instauración de una plaza igualitaria en el Muro de los Lamentos. El plan consideraba equipar una sección del muro para incorporar a diferentes corrientes del judaísmo así como posibilitar un espacio de rezo plural que incluyera a hombres y mujeres. La semana pasada, el anuncio de que se volvería a aplazar la creación de la plaza fue una bofetada para grupos progresistas en Israel.

Las Mujeres del Muro

El esfuerzo por hacer del Kotel un lugar de rezo igualitario es quizás mejor encarnado por el grupo Mujeres del Muro. Creado en 1988 tras una protesta de mujeres que expresaban su deseo de leer Torá en el Muro de los Lamentos, se ha convertido en uno de los colectivos más importantes para el feminismo y el judaísmo no ortodoxo en Israel. A pesar de violencia constante por grupos ultraortodoxos que buscan mantener control sobre sitios religiosos, cientos de mujeres hacen presencia en el Kotel cada inicio del mes, rezando con objetos tradicionalmente utilizados por hombres como Tefilín o rollos de Torá.

Años de protestas parecían haber rendido sus frutos en el 2013 cuando el expresidente de la Agencia Judía, Natan Sharansky, formuló una propuesta de separar el Kotel en tres zonas: una para hombres, una para mujeres y una para ambos. Tras una larga negociación, la propuesta de Sharansky se aprobó en 2016. Ante el júbilo de organizaciones feministas y denominaciones judías no ortodoxas, todo indicaba que las Mujeres del Muro habían conseguido su victoria.

Algunos meses después de la aprobación del llamado Compromiso del Kotel, el entonces primer ministro Benjamín Netanyahu suspendió el acuerdo después de enfrentar presión por sus aliados ultraortodoxos. Lo anterior sucedió a pesar de que la mayoría de los israelíes —61% según una encuesta de The Jerusalem Post—  apoyan la construcción de una zona igualitaria.

Así, cuando el nuevo gobierno de Israel tomó posesión el año pasado, la resurrección del Compromiso del Kotel parecía inminente. Además de ser la primera coalición de la historia en Israel que no incluía partidos ultraortodoxos, los líderes de la coalición —Naftali Bennett y Yair Lapid— habían expresado apoyo por una zona igualitaria.

“Creo que el Kotel pertenece a todos los judíos del mundo”, dijo Bennett en 2013. “No a una u otra corriente. De eso se trata la nueva sección de rezo igualitario, que en mi opinión es algo maravilloso. Hace posible la unidad y la paz en el Kotel”.

No obstante, la semana pasada el mismo Bennett confirmó que no implementaría el acuerdo ya que no hay consenso en su partido para hacerlo. Grupos judíos liberales manifestaron su decepción ante lo que probablemente sea la última posibilidad de crear una sección igualitaria en el Kotel.

Un asunto de paz

El congelamiento del Compromiso del Kotel va más allá de las coyunturas religiosas que debaten el tema, es un asunto de paz. Además de los beneficios de la pluralidad y diversidad en el Estado, es una solución a la violencia que enfrentan las cientos de mujeres que se manifiestan cada mes frente al Muro de los Lamentos. Escenas de guardias de seguridad del Kotel —quienes son empleados por la Fundación del Patrimonio del Muro Occidental, con dirigencia ultraortodoxa— agrediendo a las manifestantes son comunes.

Es triste que un sitio que debería representar la unidad y la paz del pueblo judío sea foco de disputas tan intensas, más aún cuando una solución que incluye a todas las partes involucradas ha sido aprobada pero no implementada.


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