Enlace Judío México e Israel – El jueves 5 de mayo se celebra, según el calendario judío, el 74 aniversario de la independencia de Israel. Es una ocasión propicia para quienes admiran o aman al estado judío de regocijarse en sus logros. Logros alcanzados con sangre, sudor y lágrimas.

El renacimiento nacional del pueblo judío con una patria, bandera, himno y ejército es un acontecimiento único en la historia. El pueblo judío fue capaz de mantener su identidad y su apego a la tierra por casi dos mil años de destierro, esparcido por todas partes del mundo. Sufriendo persecuciones y matanzas, únicas como la inquisición española o el holocausto de la Segunda Guerra Mundial. En el transcurso de dos mil años, varias civilizaciones e imperios desaparecieron. Pero el pueblo judío, con su religión, valores y tradiciones se mantuvo. Es un milagro.

El movimiento político que consumó la vuelta a la patria y la fundación del estado, el sionismo, es el más exitoso de las causas de autodeterminación nacional de la historia. Israel como país viable, crisol de diásporas, con todos sus aciertos y sus dificultades, es un ejemplo que no se repite en la historia de la humanidad.

El desarrollo mismo del movimiento sionista y su éxito es milagroso. Lograr amalgamar tantas y diferentes tendencias políticas y unirse en el objetivo común de fundar un estado es también algo singular. Es un milagro. Derechas, izquierdas, laicos y religiosos.

Las batallas y guerras que ha vivido Israel son épicas. Enfrentada desde su fundación a vecinos hostiles decididos a su destrucción. Una opinión pública mundial que al principio optó por la lástima y luego por la condena injusta a cualquier acción de defensa. Israel siempre ha estado en flagrante inferioridad numérica, en todos los ámbitos que puedan medirse. Sobrevivir a la guerra de independencia, a guerras como la de los Seis Días, Yom Kipur y las acciones de terrorismo, y en el camino convertirse en una potencia militar, tecnológica y con calidad de vida envidiable, es un milagro.

Israel ha recibido judíos de todas las latitudes. Refugiados de la Segunda Guerra Mundial, inmigrantes de países árabes hostiles en su momento, ciudadanos de la Unión Soviética, etíopes que creyeron el Mesías había llegado. Entre todos, se construyó una dinámica, complicada y pujante sociedad que da envidia por sus alcances y constituye un milagro de nuestro tiempo.

Para vencer en todas las guerras, la batallas y hostilidades, ha hecho falta mucha dedicación y preparación. Un espíritu de supervivencia y de resistencia a la adversidad. Israel presenta un balance positivo, y esto es un milagro.

Hay quienes no ven los milagros en la vida. Pueden atribuir lo que sucede a una serie de casualidades y causalidades propias del azar, de la suerte. Hay quienes vemos en las cosas más sencillas la mano omnipresente de Di-s y su intervención. Pero es evidente que, en la reciente historia de Israel, su fundación, su desarrollo, sus avances, sus logros, dejan ver milagros que resultan evidentes. Se ha mezclado lo natural con lo sobrenatural y justo es agradecerlo y celebrarlo, precisamente cuando se cumple un nuevo aniversario.

La historia del moderno Estado de Israel es fascinante. Un tributo a la constancia y tesón de un pueblo que no se ha rendido nunca, a pesar de los golpes recibidos. Es una historia de luchas y milagros. Que siguen ocurriendo.

Es también como la historia misma del pueblo judío de siempre. Una vida, una historia de luchas y milagros.


 

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