Enlace Judío México e Israel – Recuerdo bien que mi papá me contaba: “lo primero que hacías cuando alguien entraba a tu cuarto era ver a los pies de las personas.”… lo sigo haciendo.

SUSAN PICK

Me fijo en la proporción de los dedos en relación al tamaño total del pie, en lo largo de cada dedo y en el comparativo entre ellos (un dedo gordo demasiado largo o gordo o un dedo segundo más corto que el gordo… ni de chiste pasan la prueba), en su movilidad, en que estén derechos, en que no haya alguno doblado o semi doblado, en que las uñas no sean ni muy pequeñas ni de esas enormes y en que no estén solo parcialmente pintadas las uñas. En la clase de yoga me aseguro de no estar junto a alguien con juanetes, con uñas a medio cortar, con el dedo chiquito encimado o debajo del que le sigue…

Me fijo en los zapatos de las personas, en sus calcetines, medias y huaraches.

He pensando que debería haber permisos (de preferencia ante podólogos de la mano con un notario público) para usar sandalias… no cualquier pie puede mostrarse así nomas en público… hay muchos que realmente deberemos esconder…. ¿Porque somos tan conscientes de que cuerpos se ven bien en bikini y no conscientes de que les se ven bien en huaraches?

También me asomo para ver los tobillos (imagínense escena asomada de re-ojito abajo de la mesa o a la silla de al lado)… tengo problema en especial con los que son como tronquitos… o sea un palmito no tiene porque tratar de ser tobillo.

Un dato curioso (por si los que he mencionado no lo son) son las reacciones de las personas cuando les comento mi debilidad por los pies feos y apreciación por los bellos. Se dividen en dos: las que tienen la misma debilidad o afición o alguna variante de ella y las que están convencidas de lo absurdo de este rollo.

Comprendo a quienes no lo entienden…. el caso es que me divierto escuchando las variantes de quienes si cojean de esta pata:

1. quienes al ir a la playa gozan no solo el mar sino también de analizar pies.

2. quienes al recibir a su bebé recién nacido en brazos por vez primera, de inmediato revisan sus piecitos.

3. quienes hacen comparaciones de cómo se ven los pies secos vs los que están mojados.

4. quienes han dejado de ir a clases de yoga por no tolerar estar con personas descalzas.

5. los que gozan de ver pies sudados o llenos de arena y su contraparte que no los tolera.

6. aquellas personas que le piden ver a sus galanes o galanas enseñarles los pies, antes de considerar seguir saliendo juntos.

7. las que les toman fotos a los pies (al tiempo que a monumentos o palacios) de las personas cuando viajan (tengo más de 100 fotos que le he tomado a pies con huaraches y calcetines de colores brillantes)… y lo mejor…

8. aquellas que dedican de dos a tres horas a la semana a un pedicure que les deja los pies exactamente como desean.

En fin…


 

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