La boda de mi nieto Berni

El pasado mes de junio se casó mi mieto Berni, el primero de cuatro casaderos (3 hombres y una mujer). Asimismo, tenemos una nietecita, Orly, de 7 años.

La organización de la boda prácticamente recayó en la familia de la ahora esposa de Berni, que es numerosa, de aquí que solo podía invitar a dos parejas, en virtud de ello no pudieron concurrir mis amigos y sus esposas. El evento religioso y la fiesta se llevó a cabo en la sede de la Comunidad Sefaradí cuyo templo es muy bello.

La ceremonia religiosa se realizó apegada al rito judío tradicional y fui llamado al Aron Hakodesh (armario donde se guardan los rollos con los pergaminos de la Torá) que para mí fue un momento muy emotivo. En la fiesta predominaron los jóvenes y el “bailongo” no ceso ni un minuto, la alegría juvenil se desbordó en el entorno hasta la madrugada del otro día.

Los novios se fueron de luna de miel con epicentro en la visita de la Aurora Boreal. Mandaron unas fotos espectaculares. Me siento muy orgulloso de mi nieto Berni, tiene 25 años, es maduro, afectuoso y posee una experiencia laboral en la que ha destacado por su extraordinario desempeño. Su esposa Sari trabaja en la empresa familiar, es inteligente y “le echa muchas ganas a la chamba”.

Sari y Berni se llevan muy bien y “a leguas” se ve que están muy enamorados. Beezrat Hashem (con la ayuda del Señor) pienso que son muy afortunados de tenerse el uno con el otro. ¡Mazal Tov!

Muere el expresidente Luis Echeverría

El expresidente cumplió 100 años el pasado enero, falleció el 9 de julio de 2022. Su periodo de gestión fue del 1 de diciembre de 1970 al 30 de noviembre de 1976. Ejerció el poder de manera autoritaria.

Echeverría fue un burócrata por excelencia, un personaje que alcanzó la presidencia, subiendo escalones, siguió de manera metódica las instrucciones que se le daban, pero también adelantándose a los deseos del jefazo.

Como político se forjó una imagen que iba desde el izquierdismo radical al populismo de derecha; lo repudiaban los hombres de empresas al igual que los estudiantes de la UNAM, que lo apedrearon cuando fue a dirigirles un mensaje; les gritó “jóvenes pagados por la CIA”.

Se enfrentaba abiertamente con quien no estuviera de acuerdo con él, fueran empresarios o periodistas, intelectuales o académicos. “Su nacionalismo era verdaderamente demencial”.

A su cargo se hicieron chistes que no solo reflejaban mofa, sino un personaje que padecía marcados extravíos mentales. Su sexenio concluyó con delirios en los que creía que iba a ser Premio Nobel de la Paz y se sentía representante de los “pueblos del tercer mundo”.

Recuerdo una caricatura que le hicieron en un periódico sentado en su oficina y en la pared un reloj “que cada vez que decía una tontería se movían las manecillas”, entró un empleado y le comentó a Luis Echeverría, que bonito ventilador tiene en la pared, la alusión era que el reloj parecía ventilador porque las manecillas del reloj se movían tan rápidamente por tantas tonterías que decía.

Otra caricatura se refería en que en una ocasión visitó al Papa y comentó que era una “guayaberota” la vestimenta del Pontífice. También recuerdo el chiste de cuando se acercó a un refrigerador de coca colas, que para que saliera la botella automáticamente decía un “dime”, él se acercó al refrigerador y dijo una coca cola por favor.

Un primo mío me comentó que Echeverría fue de visita a Israel y se le mostró el sistema de riego por goteo; se emocionó tanto con el sistema que ordenó que de inmediato trajeran dos técnicos para copiarlo. Su hijo Álvaro, que fue compañero mío en el ITAM en la carrera de Economía, le dijo, “papá este sistema ya lo estamos implementando en México instalado por técnicos israelíes”.

Echeverría tenía fobia a la prensa y a todo lo que reflejaba libertad de pensamiento. La verborrea y la demagogia eran ejes de su discurso público. Echeverría se aisló del mundo, repudiado por mucha gente. Una vez lo vi en una sala de cine en una función temprana, solo rodeado de guardaespaldas.

Cabe destacar un episodio negativo de su actuación en política exterior directamente relacionado a Israel. En septiembre de 1975 se votó en la ONU a favor de la declaración “sionismo es racismo”. Echeverría pretendía que votando contra Israel se ganaría el voto del bloque árabe-soviético para llevarlo a ser el Secretario General de la ONU.

Al otro día cientos de miles de judíos en Manhattan y otras ciudades de EUA se movilizaron para protestar por la decisión de Echeverría y se estableció un boicot para no visitar México.

 


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