Enlace Judío – Además de representar un territorio visualmente, los mapas pueden funcionar como declaraciones políticas. Un mapa separa, delinea y formula significado. Viéndolo al pie de la letra, las fronteras entre territorios no son más que trazos en una imagen.

No obstante, en la esfera práctica, los confines de una región dan forma a la cotidianeidad de aquellos que viven dentro de sus líneas. En regiones territorialmente disputadas, la manifestación política de los mapas es aún más clara. Son instrumentos de poder y declaraciones de intención. Una imagen puede ser una ventana a opiniones subyacentes profundamente arraigadas.

Un truco fácil para determinar la postura de un espacio con respecto al conflicto israelí-palestino es ver qué mapa utiliza. Portales nacionalistas tanto israelíes como palestinos usan el mismo plano, aquel que representa el territorio del río Jordán hasta el Mar Mediterráneo. La intención es clara: tarde o temprano, todo el territorio es nuestro, nos pertenece.

Otros, proponentes de una solución de dos Estados, representan a Palestina como Cisjordania y Gaza, quitando esos territorios del mapa de Israel:

La campaña #PalestineIsHere, que cobró popularidad en redes sociales en 2016 al reclamar a Google Maps la ausencia de la etiqueta “Palestina” en Cisjordania en su servicio, cristalizó el hecho de que al representar a Israel o a Palestina en un mapa, inherentemente se manifiesta una posición.

La actual batalla entre el municipio de Tel Aviv y el Ministerio de Educación de Israel es otro ejemplo de las implicaciones políticas de los mapas en Israel.

Con el nuevo año escolar a la vuelta de la esquina, el ayuntamiento de Tel Aviv-Yafo envió mapas a sus escuelas delineados con la línea verde que muestra las fronteras de 1967, dividiendo Israel y Cisjordania. Alarmados, desde el Ministerio de Educación contestaron que no podrían usar el mapa en la metrópolis “ni siquiera como póster”.

En respuesta, la vicealcaldesa de Tel Aviv Chen Arieli contestó en un tuit que “los niños y niñas merecen crecer con una percepción realista y sin censura”. 

Ron Huldai, el alcalde de la ciudad, escribió en una carta a los directores escolares que “es importante que los estudiantes conozcan las fronteras soberanas de Israel así como la compleja realidad en áreas donde los ciudadanos judíos de Israel y los árabes bajo el control de la Autoridad Palestina viven uno al lado del otro”.

La iniciativa del ayuntamiento de Tel Aviv-Yafo rompe con el paradigma de tratar la ocupación como un tabú. Su desafío al Ministerio de Educación corresponde a la crianza de estudiantes críticos e informados de lo que sucede en la región. Más allá de convicciones políticas o ideológicas, es indiscutible que existen diferentes conjuntos de leyes para los árabes y judíos que viven de un lado de la línea verde y del otro. Reconocer esa diferencia y argumentar con base en la realidad es conveniente para todos los involucrados. 

La postura del Ministerio de Educación es lamentable, no sólo porque se propone continuar con el statu quo, sino porque los niños de Israel merecen tener una instrucción histórica y geográfica que refleje la realidad. Así y sólo así podrán formar opiniones — de izquierda o de derecha — basados en argumentos coherentes, críticos y bien fundados. 

En un estudio de 2015, se encontró que 76% de los libros de texto israelíes retratan el territorio completo del río Jordán al Mar Mediterráneo, sin mención alguna de la existencia de la Autoridad Palestina. Similarmente, 58% de los mapas utilizados por escuelas de la Autoridad Palestina muestran el mapa del territorio entero, sin aludir a la existencia de Israel

Bruce Wexler, el psiquiatra de la Facultad de Medicina en Yale que dirigió el estudio, cree que la utilización de los mapas de territorio entero presentan un obstáculo para la paz: “Si creces viendo mapas que parecen implicar que el territorio entre el río Jordán y el mar Mediterráneo es tu tierra natal y te piden que cedas parte de esa tierra para formar dos Estados, sentirás que estás perdiendo algo que nunca tuviste que empezar”.

Con suerte, el ayuntamiento de Tel Aviv-Yafo ganará su disputa con el Ministerio de Educación, ayudando a que una nueva generación de niños crezca conociendo la realidad cartográfica de Israel. Ojalá que en un futuro cercano, todos los niños —israelíes y palestinos— tengan acceso a mapas que reflejen su realidad y se sienten las bases para construir un futuro de paz.

 


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