Enlace Judío – El 5782 fue el año con más inmigración judía a Israel desde 5759. Con un incremento de 128% relativo al año anterior, casi 60,000 personas completaron el proceso de Aliá. Las razones, como es común cuando se habla de migración, son dolorosas: la guerra entre Rusia y Ucrania, la miseria en Etiopía y el antisemitsmo en Europa fueron los tres motivos principales citados por los recién llegados. 

El dato ilustra el éxito del principal objetivo del movimiento sionista: establecer un refugio seguro para los judíos en el mundo. A pesar de complicados problemas al interior de Israel, el país sigue siendo una bendición para aquellos judíos que necesitan un lugar donde puedan vivir en paz.

Bajo la administración de Pnina Tamano-Shata, el ministerio de Aliá ha reclamado su papel como uno de los más importantes en el gobierno israelí. Sus maniobras políticas han variado desde amenazar con la disolución del gobierno de no recibir el presupuesto necesario hasta nombrar públicamente a ministros que se oponen a sus planes.

Se puede estar o no de acuerdo con las maniobras, pero es indiscutible que han sido efectivas. Con más de $100M de dólares a su disposición, fue posible llevar a cabo dos de las operaciones de Aliá más importantes de los últimos tiempos. La Operación“Olim Regresan a Casa para acoger inmigrantes afectados por la guerra de Ucrania-Rusia vio a 25,000 personas llegar al país, mientras la Operación Tzur Yisrael planea recibir a 3000 inmigrantes etíopes.

A futuro: judíos rusos en peligro

Según el Ministerio de Aliá de Israel, el siguiente año se espera otro incremento en la recepción de inmigrantes. El reclutamiento obligatorio al ejército ruso y los miedos de un antisemitismo creciente podrían ser las causas de otra gran migración rusa. Para absorber los costos de la operación, Tamano-Shata pidió 285M de dólares, de los cuáles sólo le dieron 25.4M. Para contrastar, la siguiente ronda de elecciones costará casi 25 veces más.

La mejor versión de Israel es la que cumple su propósito de acoger a judíos en situaciones peligrosas. Escatimar costos en ese rubro es una traición al principio sionista. Además, las grandes migraciones enriquecen al país diversificándolo y dotándolo de nuevas ideas y proyectos. La última ola de judíos rusos en arribar a Israel — aquellos que llegaron tras de la disolución de la Unión Soviéticafueron el motor del boom tecnológico que caracterizó al Israel del principio de milenio.

Con el inevitable cierre de la Agencia Judía en Rusia por las amenazas del presidente Vladimir Putin, los prospectos de emigración para los judíos de ese país se encuentran en los peores niveles en tres décadas. El miedo de un posible regreso a las restricciones de inmigración de la era soviética se encuentran latentes en la comunidad.

Los judíos de Rusia se enfrentan a un particular escrutinio por parte de las autoridades tras oponerse a apoyar abiertamente a la invasión contra Ucrania. Pinhas Goldschmidt, quien huyó en marzo del país por desaprobar la guerra y fungía como rabino de la comunidad ruso-judía, manifestó su preocupación por la libertad de sus compatriotas: “La comunidad judía fue presionado para apoyar abiertamente la guerra, pero no la apoyó. Si seguiría o siendo el rabino principal de Moscú, no hubiera podido hablar abiertamente sin poner en peligro a mi comunidad”.

Hacer todo lo posible para la absorción de los judíos rusos en Israel debe de ser una de las prioridades gubernamentales durante el siguiente año, sin importar el costo presupuestal. Así lo manda el imperativo moral y humanitario, pero también la esencia sionista que promete una refugio para todos los judíos del mundo en Israel.

 


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