Enlace Judío – La semana pasada se llevó a cabo la reunión anual de otoño del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial (BM). Normalmente este evento se lleva a cabo en Washington, D.C. y cada tres años cambia de sede. En 2018 fue en Bali, Indonesia, y en 2023 se llevará a cabo en Marrakech, Marruecos.

En este año el Economista en Jefe del FMI, Pierre-Oliver Gourinchas, presentó las perspectivas económicas 2022 y 2023 enmarcándolas con la frase “lo peor está por venir”.

En el contexto de las previsiones, se anticipa que la economía de China continúe con tasas de crecimiento muy por debajo del 7 u 8% que estuvo creciendo por muchos años, aunque se espera una aceleración en 2023 debido a que se asume que los encierros masivos de la política de cero Covid disminuyan el año entrante. Así, el FMI considera un crecimiento de 3.2% este año y 4.4% el año que entra.

Por otra parte, Latinoamérica también sufrirá las consecuencias de la recesión global, con un avance de 1.7% en 2023 (revisado de 2.0% en julio).

Para México se contempla un incremento en la producción de 1.2% para 2023, con este avance México tendrá un crecimiento nulo en todo el sexenio de AMLO (cero).

Como la población mexicana se incrementa por año un poco más de 1.2%, esto significa que el ingreso per cápita en el país tendría una contracción cercana al 7.0% en estos seis años.

Por lo mismo, el número de personas que viven en la pobreza se ha incrementado tanto en número como en porcentajes en los últimos años y también se entiende porque se ha registrado una importante emigración de la población al extranjero. El impacto es más grave por que quienes salen son las que están en edad de trabajar y en mejor capacidad para apoyar a sus familias.

 


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