Enlace Judío- El imperativo de Netanyahu- Los dramáticos hechos que en estos días abruman a Israel al difundirse los resultados de la quinta contienda electoral y el inicio de la estructuración gubernamental me conducen a recordar mi arribo y empalme en este país hace ya más de seis décadas.
Llegué a Jerusalén desde un lugar entonces golpeado por repetidas dictaduras militares que acentuaron no sólo su rezago económico. También la cultura presentaba entonces y allí un estrecho espacio.
Como estudiante en la secundaria conocí la cárcel. Experiencia que unida a la mediocridad intelectual alentada por los gobiernos militares me condujo a rebelarme contra el gris conformismo que entonces abrumaba a familiares y amigos.
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Israel como un espacio judío y democrático se conformó entonces como un imperativo no sólo personal
Fue también una rebelión contra el autoritario conformismo que en aquellos días abrumaba a no pocos familiares y amigos en el medio donde vi la primera luz.
Llegar a Jerusalén constituyó en aquellas circunstancias un inescapable impulso que emanaba no sólo de mi judía identidad. Tenía también origen en mi obsesión por el libre diálogo personal e intelectual a la sazón reprimido en el país donde nací. En el andar el tiempo este anhelo tuvo amplia y fluida expresión en múltiples espacios que tal vez algún día ensayaré apuntar más allá de los textos que Google presenta e hilvana.
En suma: entonces y después de múltiples virajes mi personal imperativo en favor de la libre expresión encontró en Israel amplio sustento.
Un espacio hoy abrumado por oscuras nubes.
Escuchar politizadas evocaciones a Jehová, observar la utilización del libre discurso con el fin de restringirlo, y, en particular, conocer la anunciada intención de los neokahanistas dirigida a trastornar la división de poderes: expresiones y hechos que ponen en tensión a la democracia.
En este inquietante contexto la respuesta y la responsabilidad del liderazgo en Israel y en las diásporas adquieren particular relieve.
Creo que las oscuras intenciones dirigidas a quebrar la fluida convivencia en el país deben ser frenadas. Corresponde a Netanyahu y a la coalición gubernamental que se articulará en los próximos días asumir esta tarea. Los neokahanistas han llegado al poder favorecidos por la democracia. Y a este régimen deben adherir sin reservas.
Fortalecerlo es obligación ineludible de Netanyahu en su calidad de primer ministro. Debe recordar que el espíritu y las prácticas de la democracia conformaron su personal y político itinerario. Mantenerlos y enriquecerlos es su ineludible misión. Y le ayudará considerar un franco o discreto entendimiento con líderes y partidos que están lejos de invocar a Jehová para auspiciar algún público mensaje o alguna necesaria acción.
En suma: ampliar y enriquecer las aspiraciones y prácticas de la democracia es hoy el deber de Netanyahu. Si las cambia o deshace será mal juzgado por los futuros cronistas de este tiempo.
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