¿Israel hacia la teo-dictadura? Un filoso interrogante que me abruma en estos días y que tomará visible relieve la próxima semana.
Por razones difíciles de captar, Netanyahu se empecina en mantener y reforzar una coalición gubernamental que pone en difícil trance a la democracia israelí que, sin constitución y a lo largo de múltiples choques militares, acertó a mantener las virtudes de la democracia.
Si la decisión que implica la anulación del poder jurídico y la conversión del actual gobierno en juez supremo e inapelable de los asuntos públicos es entonces aprobada, nuestro país adoptará de hecho el régimen autoritario que se conoce en el Medio Oriente y en no pocas latitudes del llamado Tercer Mundo.
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La teo-dictadura.
Este cercano y peligroso horizonte explica la multiplicación de manifestaciones públicas de protesta que abruma a Israel en las últimas semanas.
Cabe suponer que han logrado ecos en el entorno internacional y judío, entorno que con desiguales gestos y estilos apoyan a las voces que se elevan en nuestro país.
Sin embargo, Netanyahu cuenta aún con alternativas y decisiones capaces de mantener – incluso reforzar- una democracia que exigió altos costos humanos e institucionales.
Por ejemplo, levantar una nueva coalición con Gantz y liberarse de Ben Gvir y Smotrich es a mi ver un imperativo.
Si se rinde a las actuales tendencias teocráticas vislumbro dos peligrosos horizontes.
Uno de ellos: la emigración de no pocos israelíes a países que hoy les ofrecen los gustos de la libertad.
Y el otro: la abierta irrupción de inclinaciones antisemitas fortalecidas por el oscuro régimen susceptible de inaugurar la próxima semana.
Confieso una vez más: nunca antes quise estar en un vertical error.
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