Enlace Judío – El legislador de extrema derecha Itamar Ben Gvir exigió este domingo al próximo gobierno aprobar una ley para poner fin al reconocimiento de las conversiones reformistas para efectos de ciudadanía, informó The Times of Israel.

Durante años, Israel ha aceptado las conversiones realizadas por el movimiento reformista en el extranjero para obtener la ciudadanía israelí, y el año pasado la Corte Suprema de Justicia dictaminó que dichas conversiones realizadas en Israel también serían reconocidas, para aquellos que radican en el país sin la ciudadanía.

Ahora, el partido Otzmá Yehudit de Ben Gvir exige un proyecto de ley que anularía este fallo, estableciendo que “solo un judío que se haya convertido de acuerdo con la ley judía (halajá) sería elegible para la ciudadanía bajo la Ley del Retorno“.

Esta última demanda de reconocer las conversiones ortodoxas únicamente llega tras la exigencia del socio político de Ben Gvir, Bezalel Smotrich de eliminar la llamada “cláusula del nieto” de la Ley del Retorno, que garantiza la ciudadanía a cualquier persona con al menos un abuelo judío.

“Las demandas de cancelar el reconocimiento de las conversiones reformistas y de alterar la Ley del Retorno son demandas peligrosas que significarán que el Estado de Israel dejará de ser el país de todo el pueblo judío y en cambio se convertirá en un Estado judío ortodoxo-jaredí. Estos pasos causarán una ruptura irreparable con los judíos de la diáspora, y esperamos que el primer ministro electo no las acepte”, señaló en un comunicado Orly Erez Likhovski, presidenta del Centro de Acción Religiosa de Israel, el brazo legal movimiento reformista.

La Organización Hidush para la Libertad Religiosa y la Igualdad advirtió que tal medida abriría una brecha entre Israel y los judíos de la diáspora, un porcentaje considerable de los cuales se identifica con los movimientos reformista y conservador.

Ben Gvir es peligroso para el pueblo judío porque amenaza con cortar las delicadas costuras que conectan a Israel y la diáspora en un punto especialmente sensible”, dijo el rabino reformista Uri Regev, director de Hidush.

“Es importante comprender que quienes pretenden socavar los fallos de la Corte Suprema de Justicia y fortalecer al Gran Rabinato también quieren revocar el reconocimiento del Estado de Israel a los conversos ortodoxos modernos, contra los que el Rabinato lucha tanto como contra los conversos reformistas y conservadores”, dijo.

Por su parte, el ministro de Asuntos de la Diáspora, Najman Shai, sostuvo que la cancelación de la cláusula de reconocimiento de la conversión reformista provocará “una ruptura entre nosotros y la comunidad judía más rica y fuerte del mundo”. Añadió que la propuesta envía un mensaje a los judíos de la diáspora de que “no son parte de nosotros”.

“Un gobierno que, Dios no lo quiera, toca la Ley del Retorno es un gobierno que ha olvidado lo que es ser sionista”, acusó el vicepresidente de la Organización Sionista Mundial Yizhar Hess.

“La Ley del Retorno es el ADN del movimiento sionista. La Ley del Retorno es la base de la idea de que el Estado de Israel es el Estado-nación del pueblo judío”.

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