Hashomer Hatzair abrió un centro comunitario donde personas de todas las edades podrán recibir comidas gratuitas, educación y guarderías subvencionadas, así como formación basada en la experiencia del Kibutz Ha’artzí, un movimiento socialista judío que estableció decenas de kibutzim en Israel, informó The Times of Israel.

El Centro Asho se inauguró la semana pasada con un presupuesto anual de 1 millón de NIS (276,000 dólares) aportados por Havatzelet, el fondo humanitario de la Federación del Kibutz Ha’artzi, perteneciente a Hashomer Hatzair.

Para la ocasión, se organizó un Seder de Pésaj con la participación de 149 judíos locales, comentó Oren Zukierkorn, secretario general del Movimiento Mundial Hashomer Hatzair.

A pesar de que el centro tiene su sede en un edificio que el ayuntamiento ha puesto a disposición de Hashomer Hatzair hasta 2027, Zukierkorn subrayó que “no es un centro comunitario judío. Está destinado a toda la población”.

Describió el nuevo centro como “un trozo de kibutz en Járkov” que funciona en colaboración con el Movimiento Hillel de estudiantes judíos y voluntarios de Beit Dan, el centro cultural judío local, financiado por  The American Jewish Joint Distribution Committee.

La guardería, que actualmente tiene 50 niños pero puede acoger a 100, se encuentra en un sótano a prueba de bombas. Es una de las pocas instituciones de Járkov a la que los padres pueden llevar a sus hijos, ya que todos los marcos educativos públicos funcionan en línea por temor a los bombardeos rusos.

“Le dimos intencionadamente el estatus de guardería privada, en lugar de institución pública que funciona bajo los auspicios del municipio, para poder mantenerla abierta y dar a los niños el marco que necesitan, y a sus padres la posibilidad de trabajar”, señaló Zukierkorn.

El preescolar funciona como guardería desde las 14.30 horas hasta la noche y recibe a niños de primaria de hasta los 11 años. Además, tiene cursos para adultos sobre diversos temas que incluyen activismo local.

“La formación de adultos da a la población local las herramientas para mejorar su entorno, que la guerra ha devastado. Se trata de darles los conocimientos necesarios para que el ayuntamiento arregle los baches, pero también para que se ocupen ellos mismos de otros asuntos: hacer un huerto comunitario, pintar las marcas viales”, explicó.

Aproximadamente un tercio de la población de 1.5 millones de habitantes ha huido de Járkov. La ciudad sigue sufriendo cortes de electricidad y agua. Antes de la guerra, contaba con una de las mayores comunidades judías de Ucrania, con al menos 30,000 miembros. Muchos de ellos han huido a otras partes del país, y miles han emigrado, la mayoría a Israel. La ciudad tiene varias escuelas y guarderías judías, así como sinagogas y dos centros comunitarios judíos.

El nuevo centro es un proyecto inusual para Hashomer Hatzair, cuya ayuda ha sido limitada en comparación con otros grupos judíos, como el JDC.

“Como movimiento juvenil socialista, Hashomer Hatzair, enfrenta algunos retos en los países poscomunistas. “Existe un recelo comprensible por parte de la gente que ha experimentado la tiranía comunista”, dijo Zukierkorn.

“Los comunistas han cooptado el socialismo, lo que plantea desafíos a los movimientos socialdemócratas, como Hashomer Hatzair. Pero los estamos superando mediante el trabajo sobre el terreno, y el centro de Járkov forma parte de ese esfuerzo”, recalcó.

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