Cientos de miles de personas volvieron a las calles este sábado para protestar contra el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu y su reforma judicial, un día después de que la agencia calificadora Moody’s rebajó la perspectiva crediticia de Israel de positiva a estable citando el “deterioro del gobierno” a raíz de la polarización política interna por las propuestas de la coalición gobernante, informó Haaretz.

Los equipos negociadores se reunirán esta semana en la Residencia del Presidente, en Jerusalén, para iniciar el diálogo sobre las leyes de la reforma judicial. Será la primera vez que las partes discutirán los detalles de las leyes presentadas a la Knéset.

Según los organizadores, aproximadamente 400,000 mil personas se manifestaron contra la reforma en 150 localidades de todo el país.

Previo a las manifestaciones, los organizadores dijeron en un comunicado que cualquier cambio en el comité de selección de jueces, como desea el gobierno, “iniciará un proceso que convertirá al Estado de Israel en una dictadura mesiánica”.

“Los millones de personas que han participado en las protestas hasta hoy se opondrán a la destrucción del Estado de Israel y de los valores de la Declaración de Independencia. Pedimos a los líderes de la oposición no permitir alargar las negociaciones y anunciar una fecha límite para un acuerdo amplio antes de Yom Haatzmaut“, dijeron los organizadores.

“Las tácticas dilatorias traerán la destrucción de la economía, el ejército y la polarización del pueblo”, agregaron.

Varios ponentes pidieron a los líderes de la oposición detener las negociaciones, entre ellos el exJefe de Estado Mayor de las FDI Dan Halutz, quien se dirigió a la manifestación central en Tel Aviv. La sobreviviente del Holocausto Irit Zahavi, nacida en Varsovia en 1942, criticó el acuerdo entre Polonia e Israel para reanudar viajes los escolares. Cerca de allí, familias en duelo protestaron contra la reforma judicial frente al Cuartel General de las FDI en Tel Aviv.

El líder de la oposición, Yair Lapid, dijo a decenas de miles de manifestantes en Netanya: “Hay algo que todos los malos gobiernos tienen en común. Nunca se detienen, nunca piensan que tienen suficiente corrupción o suficiente poder. Este gobierno se lleva nuestro dinero y financia a ciudadanos que no trabajan, ahuyenta a nuestro [sector] de alta tecnología, destruye nuestra seguridad, [y] nadie entiende lo que pasa en la policía”.

“En tres meses este gobierno ha destruido el principio más sagrado: que somos un solo pueblo. Este es un gobierno que insulta a su pueblo, a sus aliados y a los judíos de la diáspora. Solo hay una cosa que puede detenerlo: ustedes”, enfatizó.

La organización de derecha Im Tirtzú celebró protestas más pequeñas a favor de la reforma en 12 puntos.

Lapid se refirió a la manifestación a favor de la reforma encabezada por el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir en la misma ciudad dijo: “Muéstrenme un solo caso en el que el gobierno haya protestado contra sus ciudadanos. ¿En qué país democrático, aparte de Israel, podría Itamar Ben Gvir ser ministro? Un criminal convicto, un payaso irresponsable de TikTok, [y] un filtrador crónico [de información] de las reuniones de seguridad”.

Durante su intervención en Netanya, Ben Gvir se dirigió al exprimer ministro: “Tengo noticias para Yair Lapid: no protestamos en contra, sino a favor. Por los soldados de las FDI, por el Estado de Israel“.

“El pueblo de Israel no se rendirá”, dijo. “Que todo el mundo grite: ¡reforma ahora! Con la ayuda de Dios, la reforma nos permitirá aprobar estos sueños”, con la ayuda de Dios, nuestro buen gobierno aprobará la reforma ahora, aprobará la pena de muerte para los terroristas, aprobará la inmunidad [judicial] para los soldados de las FDI”, dijo a una multitud de aproximadamente 1,000 personas.

La diputada Tali Gottlieb, del Likud arremetió contra los manifestantes por la democracia: “La izquierda ha perdido el camino, la izquierda traicionó al Estado de Israel y olvidó los valores más básicos de un Estado judío y democrático. Escúchenme bien, ellos abandonaron la seguridad del Estado de Israel para derrocar al gobierno de derecha”.

Alegó que las manifestaciones están “orquestadas” y pidió a la derecha “adoptar la mentalidad de gobernantes, no de esclavos”.

Tras la manifestación en Tel Aviv, decenas bloquearon brevemente la autopista Ayalón. La policía dispersó a los manifestantes con un cañón de agua y oficiales montados a caballo. Siete manifestantes fueron detenidos, incluyendo un hombre que encendió una fogata en el pavimento.

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