El ministro de Justicia, Yariv Levin, se ha reunido con líder del partido islamista Ra’am, Mansour Abbas, en un intento por obtener su apoyo para la reforma judicial, reportó el Canal 12.

Levin ha intentado atraer a Ra’am con fondos y asistencia específica a la comunidad árabe a cambio de su respaldo, de acuerdo con la cadena.

Los acercamientos de Levin han ido adelante ante el temor de que las negociaciones para un compromiso sobre la reforma judicial fracasen.

Abbas es parte de la oposición, y ha sido objeto de ataques constantes y duros por parte del Likud y la derecha desde que se unió al llamado gobierno de Yair Lapid y Naftali Bennett en 2021.

Pero Abbas siempre ha defendido la política pragmática y ha expresado repetidamente su apertura a cualquier partido israelí siempre y cuando haya beneficios para los árabes del país.

Abbas, según el Canal 12, no ha descartado la cooperación con el Likud, pero no está satisfecho con las conversaciones debajo de la mesa, que se dice que incluyen una oferta de Levin para que Ra’am ejerza una influencia no especificada en los nombramientos de jueces del país.

La aprobación esta semana por parte del Comité Ministerial de Legislación, presidido por Levin, de una iniciativa para establecer un nuevo hospital en la ciudad árabe de Sajnin fue un gesto de buena voluntad para Abbas, según el reporte.

Pero Ra’am exigiría que cualquier cooperación se base en que el gobierno le dé a la comunidad árabe herramientas significativas para hacer frente al crimen organizado, así como que el Likud deje de deslegitimar a su partido.

La cadena señaló que no parece haber progreso entre las partes en este momento.

Ambas partes negaron los informes y Ra’am enfatizó que cree en un “acuerdo amplio” sobre cualquier tipo de reforma judicial.

La oficina del presidente Yitzhak Herzog dijo este jueves que se completó la primera ronda de negociaciones sobre la reforma judicial, luego de una reunión entre representantes del gobierno y los partidos Yesh Atid y Hamajané Hamamlajtí.

Sin embargo, las protestas contra la reforma judicial han continuado durante el último mes, mientras que los partidarios del gobierno también realizaron una manifestación masiva en Jerusalén la semana pasada.

Tal como está, el gobierno ha propuesto poner la mayoría de los nombramientos de jueces bajo el control del gobierno y frenar sus poderes de revisión de leyes a la Corte Suprema de Justicia.

Los críticos dicen que la reforma judicial le quitará a la Corte su poder para actuar como control y equilibrio contra la Knéset, erosionando peligrosamente el carácter democrático de Israel.

Los partidarios dicen que la legislación es necesaria para frenar lo que ven como un Poder Judicial demasiado intrusivo en las decisiones de la Knéset y el gobierno.

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