Decenas de miles de israelíes salieron a las calles por vigésima semana consecutiva para protestar contra la reforma judicial del gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu, informó Haaretz.

En la última oleada de protestas, los manifestantes arremetieron contra el presupuesto estatal para 2023-2024 alegando que “saquea las arcas públicas”.

“El gobierno está promoviendo una agenda mesiánica extremista. No escucha a los profesionales e ignora las advertencias”, dijo Shaul Meridor, exjefe de la división presupuestaria del Ministerio de Finanzas, a la multitud en Tel Aviv.

“El gobierno está aprobando un presupuesto que deja muy claras sus prioridades. Las yeshivás son más importantes que el empleo, la ignorancia y los cupones de alimentos son más importantes que la educación. ‘Confía en nosotros’, dicen. ‘Protegeremos tus derechos’ mientras dirigen el barco directo hacia el iceberg”.

“El gobierno no trabaja para el público. Más bien quiere que el público trabaje para su supervivencia”, subrayó Meridor.

Los manifestantes marcharon este miércoles por la ciudad ultraortodoxa de Bnei Brak para protestar por los aumentos presupuestarios concedidos a instancias de los partidos jaredíes.

El exjefe del servicio de seguridad Shin Bet, Carmi Gillon, se dirigió a los manifestantes en Pardes Hanna-Karkur, cerca de Hadera en el norte de Israel: “Los ultraortodoxos y los políticos religiosos ortodoxos nacionales son la yihad judía, son una amenaza existencial y cierta para el Estado de Israel“, enfatizó.

Durante la protesta, dos manifestantes fueron atropellados por dos conductores en incidentes separados. “Un conductor en un Mazda negro se acercó a los manifestantes en la calle por el lado derecho, aceleró y me golpeó”, dijo Ron Zelinger, una de las víctimas. “Yo estaba en la acera, no en la calle”.

Las protestas se producen tras la aprobación del presupuesto para 2023-2024 en el Comité de Finanzas de la Knéset y las recientes declaraciones del ministro de Justicia, Yariv Levin, y del diputado Simja Rothman sobre la reanudación del proceso legislativo de la reforma judicial tras la aprobación final del presupuesto en la Knéset.

En Herzliya, el líder de la oposición, Yair Lapid, dijo: “El mes que viene, la Knéset debe elegir a sus representantes en el Comité de Selección Judicial, incluido el representante de la oposición, convocar inmediatamente al comité y empezar a trabajar según las normas que han estado vigentes todos estos años. Sin esto, todo este diálogo es fraudulento, y no cederemos al engaño”.

En Haifa, la exdiputada del Likud Limor Livnat se manifestó en contra del gobierno de extrema derecha. Invocando al primer ministro Menajem Begin, dijo que su visión se basaba en “la defensa de los derechos de las minorías y de los individuos”.

“Fue precisamente él, que sufría la tiranía de la mayoría, quien escribió y predicó la independencia, la supremacía y el fortalecimiento del Poder Judicial como autoridad superior. El movimiento Herut, precursor del Likud y del Likud liderado por Menajem Begin y después por Yitzhak Shamir, era un movimiento liberal. La derecha liberal creía en el buen gobierno”, dijo Livnat.

Netanyahu, con quien trabajé durante muchos años, ya no es la misma persona”, concluyó.

La votación del presupuesto está creando tensiones entre los partidos de la coalición de gobierno, ya que cada uno intenta maximizar sus logros planteando exigencias adicionales de última hora. Se espera que la Knéset dedique varios días de esta semana a debatir y aprobar el presupuesto.

Los líderes de los partidos de la coalición esperan que se apruebe el presupuesto y afirman que el gobierno no corre ningún riesgo. “A largo plazo, las cosas no pueden seguir así, pero al menos por ahora, el presupuesto se aprobará. No hay ninguna amenaza inmediata para el gobierno”, dijo un ministro

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