Dinamarca es un país célebre por ser una nación de justos gentiles, ya que es la única nación que desafió por completo a los alemanes y salvo prácticamente a todos sus judíos.

Sus esfuerzos fueron tan unificados para salvar a los judíos que la resistencia danesa le pidió al Museo Yad Vashem que todos sus miembros que habían ayudado a salvar a la comunidad judía no fueran nombrados en forma individual, sino como grupo.

Dinamarca logró proteger a sus judíos gracias a un conjunto de factores que tenían a su favor: De todas las naciones que habían sido ocupada por los alemanes, Dinamarca fue la que menos que estuvo sometida al control directo de los nazis y su gobierno continúo funcionando incluso después de la toma del poder por parte de los alemanes.

Hitler consideraba a los daneses cómo arios, igual que a los alemanes, y en consecuencia, al ocupar Dinamarca, los nazis se comportaron con mucha menos crueldad que al ocupar otros países del mundo.

Por otro lado, Dinamarca tenía una tradición de tolerancia y la mayoría de los daneses no eran antisemitas. La actitud del gobierno hacia los judíos se veía reflejada en la población.

En una ocasión, cuando el director de la policía danesa Thune Jacobsen tuvo una reunión con el nazi Himmler, este último le planteo el tema del llamado “problema judío”. Entonces Jacobsen le respondió: “La población danesa no considera el tema de los judíos como un problema”.

Incluso cuando en 1941 se descubrió a un hombre tratando de incendiar la sinagoga de Copenhague, la corte danesa lo sentencio a tres años de cárcel.

Este hecho, fue el único caso en todo el continente europeo bajo dominio nazi en que alguien fue castigado por un crimen cometido en contra de los judíos.

Hubo muchas historias acerca de Dinamarca y el Maguen David amarillo. Según un relato, cuando los alemanes exigieron que los judíos daneses tuvieran que portar en su brazo un Maguen David amarillo, toda la población danesa se lo puso.

Incluso, otra versión sostiene, el rey Cristian X de Dinamarca se lo puso primero. Mientras otra versión un poco diferente sostiene que el rey amenazo con ponérselo si los alemanes exigían a los judíos que se la pusiera.

Pero la realidad es que ninguna de estas historias es cierta porque los nazis jamás introdujeron el Maguen David amarillo en Dinamarca.

No obstante estas versiones nos dan una idea sobre el carácter del pueblo danés y de su monarca. Otro de los factores es que la comunidad judía danesa era muy pequeña ya que consistía en menos de 8000 personas, lo cual facilitaba mucho de la tarea de ayuda.

Además Dinamarca estaba cerca de Suecia, que era un país neutral, y que les ofrecía a los judíos un lugar seguro.

En 1943, los alemanes decidieron arrestar a los judíos de Dinamarca en el transcurso de la festividad de Rosh Hashaná.

Sin embargo, tres días antes de la acción que planeaban los nazis, un hombre de negocios alemán, llamado Georg Duckwitz, quien era un antinazi, se enteró del complot y se lo reveló a un político danés.

Actuando a toda velocidad miles de daneses ocultaron a tus compatriotas judíos en todo tipo de lugares: Hospitales, depósitos, establos, graneros, hoteles, bodegas, e incluso en las iglesias.

Y para cuando los nazis llevaron a cabo búsquedas, casa por casa, en las residencias judías de Copenhague, donde vivían casi todos los judíos, estos fracasaron rotundamente.

El objetivo en los esfuerzos por rescatar a los judíos, consistía en hacer que estos, cruzaran el estrecho canal, que separa a Dinamarca de Suecia. Para tal fin se organizó un rescate a nivel nacional y muchos daneses gastaron considerables sumas de dinero, arriesgando sus propias vidas, a fin de pasar a los judíos a Suecia en botes de pesca.

El hecho de que esta operación tuviera éxito, sin que prácticamente ningún judío fuera traicionado y entregado a los nazis, es un testimonio de la grandeza de la nación danesa. No obstante, no todos los judíos de Dinamarca pudieron escapar.

Desgraciadamente, los alemanes lograron capturar a unos 500 judíos que no habían recibido advertencia o quizás si la recibieron, pero prefirieron ignorarla. Otros eran demasiado débiles para huir.

Mientras que otros fueron traicionados por los nazis daneses. No obstante, si bien los alemanes llevaron a sus víctimas judías afuera de Dinamarca, el destino que corrieron estos judíos daneses, fue mejor que los demás judíos, ya que fueron llevados al campo de concentración de Terezin, en Checoslovaquia, donde el gobierno danés averiguaba en forma constante acerca de su situación y les enviaba paquetes de alimentos. Desde allí los judíos daneses no fueron transportados a campo de exterminio.

Como resultado de esto, solamente 51 judíos daneses perdieron la vida, lo cual implica que más del 99% sobrevivieron. Pero lo más increíble fue que durante el tiempo que los judíos daneses estuvieron ausentes de sus hogares, la gente en Dinamarca se encargó de cuidar sus casas y departamentos.

Y cuando después de 1945, los judíos retornaron a Dinamarca, la mayoría de ellos encontraron sus casas, y hasta todas sus pertenencias intactas. Incluso muchas casas y departamentos habían sido pintados y limpiados por parte de sus vecinos daneses.

Y hasta recibieron a los judíos de regreso, con flores y sonrisas de bienvenida. Dinamarca es un ejemplo brillante de cómo un poco de luz quita mucha oscuridad.


Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío. Reproducción autorizada con la mención siguiente: @EnlaceJudio