De Jeddah a Jerusalén, Moshe Safdie, consolida su legado arquitectónico. Los proyectos del arquitecto incluyen el rediseño de Yad Vashem y un resort propiedad de Sheldon Adelson. En sus memorias escribe ‘Si las paredes pudieran hablar’, nos cuenta su  trayectoria profesional y personal, informa The Times of Jerusalem, con la colaboración de Rich Tenorio. 

El renombrado arquitecto nacido en Israel, Moshe Safdie, acaba de regresar de Arabia Saudita, donde tiene uno  de sus proyectos en curso”.

“Siento que el país está cambiando rapidamente”, dice. “Los últimos años, he estado trabajando en otro proyecto, en Jeddah. Todo está cambiando. Veo lo rápido que se puede transformar toda una mentalidad de un país”.

No todos los días un sabra visita a los saudíes. Sin embargo para  Safdie es un día mas.  Sus obras mas emblemáticas están a lo largo de todo el mundo desde hace décadas.

El año pasado, Safdie publicó sus memorias, “Si las paredes pudieran hablar, mi vida en la arquitectura”, en la que expuso su carrera y experiencias. Esto incluía recuerdos relacionados con su lugar de nacimiento, como crecer en Haifa antes de que su familia se trasladara a Canadá. Ha regresado a Israel en numerosas ocasiones para trabajar en proyectos importantes, en particular el rediseño del Museo de Historia del Holocausto en Yad Vashem en la década de 1990. El Monumento a los Niños al principio de su carrera, una iniciativa para la terminal internacional en el Aeropuerto Ben-Gurion, y el proyecto del centro comercial peatonal Mamilla, en  la entrada de Ciudad Vieja, que tardó décadas en completarse debido a las disputas con varios sectores, incluidos los ortodoxos.

Moshe Safdie en Habitat.

Otros recuerdos tienen un matiz más personal. En 1973, Safdie interrumpió una visita a China con el entonces Primer Ministro canadiense Pierre Trudeau, padre del actual  Justin Trudeau. La guerra de Yom Kippur había estallado y Safdie se sintió obligado a ayudar a su patria asediada. Se unió a las FDI en calidad de docente. Situado entre las tropas en el desierto del Sinaí, mostró diapositivas de su recorrido  por China. Safdie también escribe sobre el dolor que experimentó al enterarse del asesinato del entonces primer ministro israelí Yitzhak Rabin en noviembre de 1995. El libro incluye una imagen de la lápida en blanco y negro que el arquitecto diseñó para Rabin y su esposa, Leah, ambos eran amigos desde hace mucho tiempo.

“Creo que para mucha gente que admiraba, respetaba y amaba a Rabin, fue un momento traumático”, dice Safdie sobre el asesinato, que compara con el de John F. Kennedy. “En cualquier cultura, en cualquier entorno, estos eventos traumáticos cambian la vida quedan grabados en tu psique”.

Expresa su frustración con la actual administración de Netanyahu, lamentando lo que ve como una oportunidad perdida con los Acuerdos de Abraham.

“Por qué se dejó alinear con la extrema derecha está más allá de mi comprensión”, dice Safdie. “No entiendo qué ha pasado con su pensamiento como estadista”.

Señala en el libro que ninguno de sus proyectos arquitectónicos en Israel se encuentra en los asentamientos de Judea y Samaria (Cisjordania).

Salida del Museo de Yad Vashem. Bosques de Jerusalén.

Safdie se hizo un nombre por primera vez en la década de 1960. Su familia había emigrado a Canadá en la década anterior después de que la política económica de Israel dificultara los negocios de su padre. En Canadá, el joven arquitecto fue noticia con Habitat, descrito en el libro como “un recinto urbano dinámico de uso mixto”, que surge de sus esfuerzos para la Exposición Universal de 1967 en Montreal.

A fines de la década de 1970, Safdie cambia nuevamente de residencia, esta vez a los Estados Unidos. Su empresa se traslada a Boston, hoy se encuentra cerca de Somerville. Durante unos 10 años, ocupó una cátedra titular en la Graduate School of Design de la Universidad de Harvard y sigue estando presente en  el Boston Architectural College (BAC), donde ha dado conferencias y recibió un Doctorado Honoris Causa.  Recientemente ha hecho una exposición de sus proyectos inacabados, que cerró en enero. El presidente de BAC, Mahesh Daas, entrevistó a Safdie para el sitio universitario de YouTube, “The BAC Channel“.

“Es un arquitecto muy global”, dice Daas, quien conocio por primera vez a Safdie mientras asistía a la Escuela de Arquitectura en su tierra natal, la India. “Su trabajo se extiende por todo el mundo. Ofrece una manera de construir juntos en el mundo. No he visto a ningún otro arquitecto hacerlo tan bien.

Daas recuerda la emoción de ver Hábitat durante sus numerosos viajes a Montreal. “Te parece un tipo de proyecto de vivienda muy diferente”, dice. Asegura que incluso en un complejo de viviendas tan grande, la identidad y la dignidad individual se pueden mantener mientras se construye en una identidad colectiva.

“Hay un problema muy especial en la vivienda, particularmente en la vivienda masiva. Es muy fácil hacer una sola unidad, una unidad individual, que se pierde en el colectivo. No se puede distinguir una sola unidad de las demás en un proyecto de vivienda convencional. Lo que me llamó la atención en Habitat es la gran variedad y acceso al espacio, los jardines, las vistas, la interrelación entre los ángulos inherentes que crea. Es un proyecto de vivienda muy especial”.

El libro contiene algunos de los principios arquitectónicos que Safdie defiende. Uno es la importancia de la naturaleza, reflejada en elementos como las terrazas y la vida vegetal. Otro es el concepto de espacio público en una ciudad, que él compara con una sala de estar, citando ejemplos históricos desde ágoras hasta zocos. También existe la idea de un cliente silencioso: además de las personas que lo contratan para diseñar un edificio, existen otras muchas que lo utilizarán habitualmente y de forma distintas.

Moshe Safdie en la plaza de Wichita, Kansas 1999.

No tiene miedo de romper con la tradición, como cuando diseñó el Kauffman Center for the Performing Arts en Kansas City. En el libro, Safdie relata una conversación que tuvo con otro arquitecto legendario, Frank Gehry, sobre los desafíos de como diseñar una sala de conciertos. Gehry me  recomendó contratar al especialista en acústica Yasuhisu Toyota, y el resultado es excelente.

“Escuché a Frank”, dice Safdie. “Me uní a Toyota. Abrí toda una nueva gama de opciones en Toyota,  desde entonces diseñó una serie de salas de música en Europa que eran mucho menos rígidas, mas flexibles, muy  elásticas.

Dondequiera que Safdie trabajó, el impacto de Israel lo influyó con frecuencia. Escribe sobre su interés en unir el pasado con el presente, una idea que se formó en  Israel y a la que volvió cuando diseñaba obras en Quebec y Ottawa.

“Todo esto comenzó en Jerusalén”, dice Safdie. “Todo el mundo decía que no se pueden hacer edificios contemporáneos que armonicen con el patrimonio de la Ciudad Vieja. Algunos de mis compañeros decían, deberías estar haciendo edificios nuevos y modernos. Llegué a una conclusión muy opuesta. Hay suficiente flexibilidad y laxitud para hacer un edificio contemporáneo en diálogo, en conversación, con lo que lo rodea, con lo antiguo.

“Aunque ha diseñado una amplia gama de proyectos, trabajar en espacios conmemorativos presenta desafíos únicos”.

Cuando construyes apartamentos, espacios de trabajo o escuelas, las expectativas son bastante definibles Si llegas a lugares de memoria simbólica e histórica que tienen un profundo poso cultural, es mucho más complicado.

“Yad Vashem fue particularmente difícil. Es un lugar sagrado, es un memorial al horror y al dolor, que también tiene que ser informativo”.

“Nada debería competir con la narrativa”, dice. “Las exposiciones te cuentan la historia.  Sales a la luz al final de la visita, de forma dramática, con el contorno del bosque de Jerusalén. A pesar de lo horrible que es la historia, sobrevivimos. Estamos aquí, estamos vivos.

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