No necesariamente.
En un artículo anterior señalé que el ejemplo de Irán, y de no pocos países latinoamericanos, indica que el tácito desmantelamiento del Poder Judicial o su dependencia total del ejecutivo en nuestro país, no implican su colapso irreversible como entidad nacional.
Ejemplos como Rusia e Irán muestran que es viable una coexistencia entre un sector que merece alguna libertad por consideraciones ideológicas y militares y la masiva opresión a las masas en nombre de alguna doctrina o credo.
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Si los recientes llamados del presidente norteamericano y de Yitzhak Herzog no producen eco alguno y la Knéset aprueba leyes que debilitan al Poder Judicial seguirán pasos gubernamentales encaminados a consolidar el poder de los sectores nacional-religiosos.
Un escenario que obligará la reorganización de las fuerzas militares del país para conceder preferencias a sectores que por ideología o personal beneficio resolverán integrarse a ellas.
¿Qué ocurrirá entonces en los sectores que en estos días revelan oposición y afiebrada resistencia a los rumbos del gobierno?
Imagino tres posibilidades.
La primera: severas sanciones a los ciudadanos, y en particular a miembros de los cuadros militares, que revelen oposición u objeciones a los nuevos rumbos del país.
Inclinación ya anunciada por algunos miembros del actual gobierno.
Después: la progresiva gestación de una fuerza clandestina animada por el propósito de resistir y deshilvanar las iniciativas gubernamentales dirigidas a poner fin a la democracia que hasta aquí hemos conocido.
Y la tercera: el abandono masivo del país considerando las libertades que hoy ofrecen no pocos países de Europa incluyendo a EE.UU. Tendencia que hoy ya tiene expresión, por otras razones, en las islas del Mediterráneo, en Grecia y Portugal.
Probables escenarios que tanto nuestro actual gobierno en Israel como los quince millones de judíos localizados en las diásporas deben considerar.
En suma: la legitimidad del primero como nuestra equilibrada convivencia en ellas están hoy en oscuro peligro.
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