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El ministro alemán de Interior, Hans-Peter Friedrich, la titular de Justicia, Sabine Leutheusser -Schnarrenberger, y el titular de Interior en Hesse, Boris Rhein, pidieron este viernes perdón en nombre de Alemania por la serie de crímenes perpetrada por terroristas neonazis.

Rhein, presidente de turno de la Conferencia de Ministros de Interior, fue quien tomó la iniciativa tras una reunión en la que participaron los titulares de las dos carteras en los 16 estados federados y las cúpulas de los organismos de seguridad.

“Este viernes ha quedado claro una vez más que tenemos que pedir perdón”, dijo Rhein en una comparecencia conjunta ante la prensa una semana después del descubrimiento casual de una célula terrorista neonazi culpable del asesinato de nueve ciudadanos extranjeros en este país.

Después Friedrich se sumó, pidiendo perdón expresamente a las víctimas y a los deudos, y Leutheusser-Schnarrenberger resaltó que había sido especialmente horrible que en algunos de los crímenes las autoridades, en lugar de seguir la pista ultraderechista, hubiesen empezado a buscar posibles conexiones criminales entre parientes de las víctimas.

La reunión había sido convocada por Friedrich y Leutheusser-Schnarrenberger para analizar la situación, intercambiar informaciones sobre el estado de las investigaciones y plantear nuevas medidas para combatir mejor en el futuro el extremismo de derecha y sus posibles derivaciones terroristas.

Hay planes concretos, como la creación de una archivo central en el que se reúnan todos los datos sobre extremistas de derecha que disponen los organismos regionales de seguridad para facilitar su consulta.

De momento, organismos de seguridad intercambian informaciones según la percepción que tengan de sus necesidades y eso hace que en ocasiones el hecho de que para la investigación de un crimen determinado se disponga de uno u otro dato dependa de la casualidad.

Eso pudo ocurrir en la serie de crímenes neonazis en la que, pese a que muchos fueron perpetrados con la misma arma y a que las víctimas eran extranjeras, las autoridades no siguieron la pista ultraderechista por falta de bases para ello.

“Naturalmente se planteo la hipótesis de un trasfondo ultraderechista, pero no se siguió porque faltaban bases para ella. Naturalmente queda abierta la pregunta acerca de porque no nos llegaron las informaciones que nos hubieran dado base para seguir esa hipótesis”, dijo el presidente de la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA), Jörg Ziercke.

Las autoridades buscan una explicación a esa pregunta basada en posibles problemas estructurales de los organismos de seguridad, que podrían corregirse con reformas como la creación de un archivo central de información

Mientras tanto, en la opinión pública ha vuelto a plantearse una idea que suele expresarse con una metáfora según la cual los organismos de seguridad son “tuertos del ojo derecho”. este viernes, el experto en ultraderechismo Bernd Wagner -creador de un programa para ayudar a desertores de movimientos de extrema derecha- relativizó un poco esa idea.

“No diría que son tuertos del ojo derecho, pero tienen una distorsión que los hace ver el fenómeno de la ultraderecha más pequeño de lo que es”, dijo Wagner en una charla con la Asociación de la Prensa Extranjera.

De momento, al lado de las reformas estructurales que se están planteando, se siguen las investigaciones para determinar que tan grande era el círculo de personas que apoyaban a Uwe Mundlos y Uwe Böhnhardt cuyos cadáveres aparecieron la autocaravana incendiada, y Beate Zschäpe, de 36 años, que se entregó la pasada semana a las autoridades.

Según el fiscal general, Harald Range, se tiene en la mira a otros dos sospechosos -que se sumarían a Holger G. que está detenido- pero agregó que las cifras no son muy importantes porque la situación está cambiando permanentemente.

Por parte del BKA, Jörg Ziercke dijo este viernes que el trío puede haber tenido una red de simpatizantes derivada de la organización de nazi a la que habían pertenecido en Turingia, que contaba con entre 170 y 180 personas.