Enlace Judío México – Una de las creencias básicas del judaísmo es la Resurrección de los Muertos. Creemos que al final de los tiempos, cuando sea el momento del Juicio Final, el alma será regresada a nuestro cuerpo y seremos juzgados por D-os. La siguiente parábola del Talmud da una explicación a dicha creencia.

El cuerpo y el alma

El emperador Antonio dijo a rabí Yehuda HaNasi: El cuerpo y el alma pueden escaparse de ser juzgados por sus pecados. ¿Cómo? el cuerpo ante la interrogación dirá: Fue el alma quien pecó, desde el día de mi muerte cuando me abandonó, he reposado como una piedra silenciosa en mi tumba y no cometo pecados’. Y el alma responderá: Fue el cuerpo quien pecó, puesto desde el día en que lo dejé, vuelo en el aire como un pájaro incapaz de pecar.

Rabí Yehuda HaNasi le dijo: Te contaré una parábola. ¿A qué podemos comparar este asunto? Es comparable a un rey de carne y hueso que tiene un vergel; ahí crecen las primeras frutas, las más apetitosas, de un árbol de higos. Colocó en la entrada de la puerta dos guardias para cuidarlo. El primer guardia es cojo, incapaz de caminar y el segundo ciego. Ni uno de los dos era capaz de alcanzar las frutas de los árboles sin la ayuda del otro.

El cojo le dijo al ciego: Veo las primeras frutas del árbol de higos crecer en el huerto; ven colócame sobre tus hombros y yo te guiaré hacia el árbol, traeremos las frutas para comérnoslas. El cojo se subió sobre los hombros del ciego y juntos comieron las frutas.

Al poco tiempo llegó el dueño del huerto y dijo a los guardias: ¿Dónde están las primeras frutas de mis árboles? El cojo dijo: ¿Acaso tengo piernas con las cuales caminar y tomarlas? Y el ciego dijo: ¿Acaso tengo ojos para verlas y tomarlas? ¿Qué hizo el dueño? Colocó al cojo sobre los hombros del ciego tal y como estaban cuando robaron los higos y los juzgó como uno sólo.

Asimismo, el Santo Bendito Sea trae al alma el día del juicio y la regresa a su cuerpo, tal y como estaba cuando pecó y los juzga como uno sólo, como está escrito: “Él llama a los Cielos arriba y a la tierra para juzgar a Su pueblo” (Salmo 50:4). “Llama a los Cielos arriba;” se refiere al alma que proviene del Cielo. “Y a la tierra para juzgar a Su pueblo;” se refiere al cuerpo, que proviene de la tierra.

Fuente: Talmud Sanhedrin 91b