Enlace Judío México e Israel.- Ocurrió nuevamente. La semana pasada, el primer ministro Benjamín Netanyahu – su carrera ahora colgando de un hilo después de una votación dividida en la elección del martes – anunció que Israel había descubierto otro sitio nuclear más encubierto en Irán, esta vez en la ciudad de Abadeh. “En este sitio,” dijo él, “Irán condujo experimentos para desarrollar armas nucleares.” Pero cuando los líderes iraníes se dieron cuenta que Israel estaba sobre ellos, “destruyeron el sitio. Ellos sólo lo eliminaron.” Las imágenes satelitales presentadas por Netanyahu parecen confirmar la demolición.

TZVI KAHN

Rebobinen un año. En un discurso ante la Asamblea General de la ONU, Netanyahu anunció que Israel encontró “un depósito atómico secreto para almacenar montos masivos de equipo y material del programa secreto de armas nucleares de Irán.” Las imágenes de satélites comerciales parecen confirmar que Irán posteriormente vació el depósito. Pero, cuando los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) visitaron tardíamente el sitio a principios del 2019, encontraron rastros de uranio.

Rebobinen otros cinco meses. Netanyahu anunció que la agencia de inteligencia Mossad de Israel condujo un operativo de un archivo atómico secreto en otra bodega, extrayendo más de 100,000 archivos documentando las campañas anteriores de Teherán para desarrollar un arma nuclear. El archivo contenía un tesoro de información nueva sobre el programa nuclear de Irán, identificando instalaciones, equipo y actividades nucleares no conocidos previamente por la AIEA – incluido el sitio en Abadeh.

Hagan un viaje más por el carril del recuerdo.

En el otoño del 2015, justo después de la finalización del acuerdo nuclear histórico, Irán concedió a los inspectores de AIEA acceso parcial al complejo militar Parchin, donde ellos encontraron partículas de uranio. No obstante, la implementación del acuerdo prosiguió, haciendo llover sobre Irán miles de millones de dólares en alivio de las sanciones. Cuando los israelíes capturaron posteriormente el archivo nuclear, hallaron documentos discutiendo la actividad nuclear en Parchin hasta el momento desconocida para la AIEA.
No ha ocurrido ninguna visita de seguimiento conocida a Parchin desde el 2015, contraviniendo el protocolo estándar de la AIEA.

El miércoles, Netanyahu anunció que había cancelado su discurso programado la semana próxima ante la Asamblea General de la ONU, donde – si el pasado es precedente – él seguramente habría ofrecido más detalle sobre las actividades nucleares encubiertas de Irán. Sin importar su futuro político, sus revelaciones mostrando la locura del acuerdo nuclear, conocido formalmente como el Plan Integral de Acción Conjunto (JCPOA), definirán su legado.

No se suponía que fuera así. Escuchando a la administración Obama, ustedes pensarían que el JCPOA no deja piedra sin voltear. El acuerdo dispone “el régimen de inspección y verificación más integral e intrusivo negociado alguna vez,” afirmó el presidente Obama. El JCPOA “no está construido sobre la confianza,” afirmó. “Está construido sobre la verificación.”

El Secretario de Estado John Kerry insistió en que Washington ya conocía la extensión total de las actividades de armas nucleares pasadas y presentes de Irán. “Sabemos lo que hicieron,” declaró. “No tenemos dudas. Tenemos conocimiento absoluto con respecto a las actividades militares exactas en que estuvieron involucrados.”

En ese caso, ¿por qué Israel ha descubierto un sitio nuevo relacionado con armas nucleares tras otro mientras la AIEA parece torpe?

La respuesta es doble. Primero, como el acuerdo nunca requirió que Irán confesara sus actividades nucleares pasadas, la AIEA ha carecido de una base precisa para verificar la implementación de sus compromisos por parte de Irán. No obstante las afirmaciones de la administración Obama de omnisciencia nuclear, los contornos totales del programa nuclear de Irán siguen siendo desconocidos.

Por consiguiente, las afirmaciones de los proponentes del JCPOA que Irán ha cumplido con sus términos siempre se ha basado en datos fragmentados.

Teherán probablemente ha sacado la conclusión apropiada: La actividad nuclear encubierta puede continuar con impunidad. En este contexto, la decisión de Irán de preservar el archivo nuclear también sugiere que busca mantener su experiencia nuclear para uso futuro. Los hallazgos israelíes pueden ser apenas el inicio.

En segundo lugar, la AIEA – por razones políticas – ha carecido de la voluntad para decir verdades poco placenteras, para que no debiliten al JCPOA. Después de todo, la retirada de EE.UU del JCPOA, por no mencionar las tensiones crecientes en el Golfo Pérsico, han dejado el acuerdo en terapia intensiva. La AIEA probablemente tema que más divulgaciones del desafío iraní serán la paja que romperá la espalda del camello.

Pero no es muy tarde para que la AIEA revierta el curso. El director general previo de la agencia, Yukiya Amano, falleció en julio. Su sucesor permanente, cuyo nombramiento sigue pendiente, tiene una oportunidad de revisar la cuestión.

Mientras tanto, el director general en ejercicio, Cornel Feruta, puede y debe demandar acceso pleno a Parchin, Abadeh, y a todos los otros sitios identificados en el archivo.

Durante los últimos cuatro años, la AIEA y los partidarios del JCPOA han tratado al JCPOA como muy grande para fallar. Pero si el comportamiento de Irán es algún indicio, el JCPOA ha probado ser muy endeble para tener éxito. Si la agencia falla en hacer responsable a Irán, es sólo cuestión de tiempo antes que surjan más revelaciones sobre inconducta iraní. Nuevamente.

 

 

*Tzvi Kahn es un principal analista de Irán en la Fundación para la Defensa de las Democracias.

 

 

Fuente: Real Clear Defense
Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México