Enlace Judío – El presidente de Israel, Yitzhak Herzog reveló este domingo que intenta mediar en las conversaciones entre figuras políticas relevantes sobre la reforma judicial prevista por el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu, informó The Times of Israel.
El anuncio se produce tras la protesta contra la reforma judicial del nuevo gobierno frente a la Residencia del Presidente en Jerusalén el sábado por la noche.
“Estamos inmersos en un profundo desacuerdo que está desgarrando nuestra nación”, dijo Herzog en un comunicado. “Este conflicto me preocupa profundamente, como preocupa a muchos en todo Israel y la Diáspora”.
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“En los últimos días, he estado trabajando a tiempo completo, por todos los medios, haciendo esfuerzos incesantes con las partes pertinentes, con el objetivo de sostener un debate y un diálogo de gran alcance, atento y respetuoso, que espero dé resultados”, dijo.
“La Oficina del Presidente es quizás el único marco que goza hoy de la confianza de todas las partes y es capaz de celebrar debates sobre el tema de una manera aceptada por todos: a puerta cerrada y a puerta abierta”, añadió Herzog.
“Admito humildemente que no estoy seguro del éxito de este empeño. Hay buena voluntad de las partes, pero aún queda mucho por recorrer, así como importantes obstáculos”, enfatizó
Los críticos afirman que la reforma pondrá en peligro la democracia israelí, desequilibrará el sistema de pesos y contrapesos en el Estado y dejará indefensas a las minorías.
En Tel Aviv, la multitud abucheó a Herzog durante un discurso del presidente del Movimiento por la Calidad del Gobierno, Eliad Shraga, quien le pidió declarar a Netanyahu no apto para ejercer como primer ministro.
En Jerusalén, más de mil personas protestaron ante la Residencia del Presidente, pidiendo a Herzog “despertar”.
“Bougie, despierta, la casa está ardiendo”, coreaban los manifestantes, refiriéndose al presidente por su apodo. “Bougie, Bougie, despierta, el público vale más”.
Herzog dijo en respuesta que respeta a todos los que han estado protestando, así como las críticas en su contra.
Mientras tanto, el líder de la oposición, Yair Lapid, defendió el domingo su decisión de no asistir a la manifestación en Tel Aviv, a pesar de haber instado a activistas de su propio partido y al público en general a acudir.
En declaraciones a Ynet, Lapid explicó que decidió no asistir porque los organizadores de la protesta consideraron que con su presencia el acto tendría un carácter político.
“Aunque creo que es político y debe serlo”, dijo Lapid. “Así que anuncié de antemano que no asistiría y que participarán diputados y activistas de Yesh Atid“.
Lapid agregó que apoya la propuesta del expresidente Reuven Rivlin de celebrar un referéndum sobre la reforma.
“La gente no está con el gobierno, porque no es lo que les dijeron [que ocurriría] en estas elecciones. Les dijeron algo completamente distinto”, señaló Lapid.
“[Los votantes] no fueron a las urnas y dijeron: ‘Vamos a votar para que Israel deje de ser una democracia, para que Israel deje de ser un país donde se permite la libertad de expresión”.
Por su parte, Netanyahu, aseguró que no se dejaría persuadir por “eslóganes” y prometió seguir adelante con la reforma judicial.
“En efecto, hubo una enorme manifestación: millones de personas salieron a las calles y votaron en las elecciones [de hace dos meses]. Una de las principales cuestiones por las que votaron es la reforma judicial”, dijo.
Durante la reunión semanal del gabinete, Netanyahu argumentó que “los millones de ciudadanos que votaron por la derecha conocían nuestras intenciones de reformar el sistema judicial. Más que eso, lo exigieron”.
Pidió a la oposición “no dejarse llevar por consignas incendiarias de destrucción del Estado y guerra civil”, y afirmó que cuando él dirigía la oposición no se habían hecho tales comentarios contra el gobierno.
“Esperamos que los líderes de la oposición se comporten de manera similar”, dijo.
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