Enlace Judío – Es la pregunta que hoy toma vuelo en múltiples ciudades y medios de Israel.
Los diálogos en las calles como en los medios familiares la enhebran con marcada inquietud. Gana terreno la convicción de que lo que fue y aún es ya no será por obra de un nuevo liderazgo parlamentario que hoy abandera medidas adversas al equilibrio democrático y a la convivencia de ideologías y etnias dispares.
En particular, el gobierno presidido por Netanyahu aspira a algo más que a liberarlo de todo castigo judicial en compañía de Aryeh Deri –hoy desalojado de la coalición por decisión de diez de los once altos jueces que consideraron su caso.
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Tendencias que ganan impulso. Por ejemplo, Bibi ya decidió insertar en la coalición gubernamental al diputado Avi Maoz, personaje que exige desde hace años y sin reserva alguna el abandono colectivo de cualquier rasgo secular y democrático en el país.
Considerando su creciente gravitación, el periódico Haaretz le consagró en estos días ocho páginas con el fin de difundir sus predicamentos.
Se trata de una figura que gravitará sustancialmente en la reforma de los programas hasta aquí aplicados por el Ministerio de Educación. Formado por el fanático rabino Zvi Thau –líder espiritual de su partido- Maoz se opone a la enseñanza de materias como historia universal y judía moderna debido a las “falsedades” que contienen. En contraste, los textos bíblicos y talmúdicos deben modelar la fisonomía cultural del país.
Avi Maoz nació en Israel en julio 1956. Con sus diez hijos reside en la colonia Migdal Oz ubicada en tierras palestinas. Y desde hace años proclama que las preferencias seculares en la formación de la juventud israelí – como las matemáticas y las ciencias – han deshilvanado el espíritu nacional y la fe en Jehová.
Reitera que políticos que se dicen religiosos como Naftali Bennett “apenas han cursado el umbral de la Torá” y que la mujer no debe tener presencia en la Knéset, “su lugar es en la casa con sus hijos”.
Ciertamente, Maoz revela ardiente apoyo a Itamar Ben Gvir como máxima autoridad policial y a Bezalel Smotrich como ministro de Finanzas y único administrador de Judea y Samaria.
A su parecer, ambos cambiarán radicalmente el presente y el devenir del país conforme a los mandatos bíblicos.
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